22 de Noviembre de 2024

Revelaciones: Caliente la zona sur

Margarito Escudero Luis

La situación en la zona sur de Veracruz es cada vez más tensa. Ni bien salen de un embrollo mediático, con declaraciones que a nadie convencen, cuando ya se presenta otro caso violento, con un personaje de prestigio en la sociedad que resulta asesinado.

 

El crimen contra el abogado minatitleco Cipriano Puertas sólo vino a complicar el problema que pasa el secretario de seguridad del estado, tanto que ya declaró que no dará más entrevistas a los medios de comunicación, que de ahora en adelante, todo se hará a través de la dirección de Comunicación Social del Estado.

Y uno se pregunta: ¿Y eso por qué? ¿Qué responsabilidad tienen los medios de comunicación ante los hechos y ante las declaraciones del secretario?

Porque todo está ahí, en lo que dicen, pues finalmente, la realidad no concuerda con lo que dicen.

Pareciera que callando ante los medios, el resto de la sociedad se dará por bien enterada, o que si el boletín sale directamente de la dirección de Comunicación Social, tendrá la credibilidad suficiente para convencer a la gente.

Parece que el señor secretario ya no sabe qué hacer.

LOS ERRORES DEL SUB

Pero esto no se detiene ahí, sino que en el caso del abogado asesinado el lunes en Minatitlán, a todas luces producto de la delincuencia organizada, el subprocurador de la zona sur viene a meterle ruido al asunto.

Y es que algunas personas vieron mal que el subprocurador de justicia, Ricardo Carrillo Almeida, en persona estuviera para organizar las investigaciones.

De inmediato hubo reacciones, dicen muchas personas que, para que haya justicia pronta y expedita, el afectado debe ser pudiente o prominente profesionista, o gran amigo, o algo así.

Ya que todos los días hay delitos de todo tipo, graves como el asesinato del abogado, el intento de secuestro del hijo del profesionista, como se ha consignado con la aparición de cadáveres en Agua Dulce, como la pequeña Karime desaparecida junto con su tía Mónica, es cosa de todos los días y que la gente no termina de acostumbrase a vivir en medio de la violencia.

Pero en todos los demás casos, funcionarios y procuradores brillan por su ausencia.

Otra versión de la gente es que la presencia del subprocurador es una pose, porque el día del evento, cuando el cuerpo de Cipriano aún estaba tibio, Carrillo Almeida no dio la cara y ahora quiere recomponer su error, pero que no habrá resultados.

BUSCAR A DIOS

Ya hay reportes de la iglesia católica que a diario recibe a muchos feligreses, quienes manifiestan su miedo ante la falta de seguridad en la ciudad.

Y ahí mismo se da a conocer que muchas personas no confían en los cuerpos policiacos, porque llevan mucho tiempo en la ciudad y no han dado resultados.

Nuevamente la policía está en el ojo del huracán, pareciera que los delincuentes han ganado esta guerra, pues a pesar de anuncios y más anuncios sobre el combate a la delincuencia, ésta es cada vez más viral, los secuestros, levantones y asesinatos, ocurren todos los días.

Los esfuerzos oficiales por intentar llevar tranquilidad a la gente con declaraciones, no funcionan, ya no son creíbles las palabras de ningún funcionario, dado que la realidad los ha superado.

Sin embargo, parece que la culpa de ese fracaso la tienen los medios de comunicación, porque desde la perspectiva de las autoridades, si nada se publicara sobre estos atroces acontecimientos, la sociedad no estaría tan alterada, nadie estaría enterado de la gravedad del asunto y no se criticaría al gobierno.

Ahora el miedo cunde en el centro de Minatitlán, la liberación del hijo del abogado asesinado no es garantía de nada, esa familia debe estar amenazada, como están amenazados quienes estén cerca, sobre todo el gremio de los abogados.

En Minatitlán, ya se corre la versión entre los cercanos a la familia Puertas, nadie cree que haya resultados oficiales, dicen que el asunto se irá olvidando con el tiempo.

Para muchos, ya no funciona el aparato de justicia, sobre todo para aquellos que han tenido la desgracia de caer en las garras de los criminales.