21 de Noviembre de 2024

MISIÓN ESPECIAL / México necesita a EU y al T-MEC / Martha Bárcena Coqui

columnas heraldo

 

Participé recientemente en una mesa redonda en el Instituto México del Centro Woodrow Wilson en EU, con colegas ex embajadores. Abordamos las propuestas de la presidenta Sheinbaum en comercio, migración y seguridad y su impacto en las relaciones bilaterales.

Prevalece en el público la incertidumbre y desconocimiento de la presidenta mexicana. Hay deseo de confiar en su pragmatismo y modificación de sesgos ideológicos, de reconstruir una buena relación bilateral. Hay expectativas sobre su formación científica, pero también dudas respecto a su margen de maniobra y autonomía política con relación a su predecesor y los radicales de Morena.

Se reconoció que el futuro de las relaciones bilaterales dependerá en gran medida del resultado de las elecciones en EU a la Presidencia y la composición del Congreso. Sin embargo, los mensajes de la presidenta Sheinbaum de aprobación y defensa de la reforma judicial, la reforma energética, la propuesta de desaparición de órganos autónomos, hacen temer una relación tensa y conflictiva, a pesar de su voluntad expresa de cooperar con EU y Canadá.

En mi participación, me referí a las relaciones comerciales y de inversión, ante el inicio del proceso de revisión del TMEC en 2025 y su culminación en 2026. Señalé la conveniencia de que México y Canadá reiteren el mandato de la revisión, en la que se evalúe su aplicación, se reconozcan los problemas no resueltos, las dificultades y se busque que la lista de los temas a solventar en el futuro sea lo más acotada posible.

Sin embargo, en varios círculos de EU, incluyendo a Donald Trump, se propone una renegociación y la posible adopción de anexos modificatorios, lo que implicaría dificultades futuras ante la eventual necesidad de someterlos a ratificación de los Congresos de los tres países.

Los temas identificados como contenciosos se refieren a la industria automotriz, en particular la participación de China en el sector, columna vertebral del T-MEC, así como a la inversión y reglas de origen para los autos eléctricos y los temas energético y agrícola.  Los asuntos laborales y medioambientales reaparecerán.

Preocupan las diferentes interpretaciones sobre la posible violación del espíritu y letra del T-MEC de las varias reformas constitucionales en México y la consiguiente falta de equilibrio de poderes en México.

Las diferencias entre demócratas y republicanos son amplias, pero hay consenso bipartidista en asuntos clave en la revisión del TMEC, como la protección de los trabajadores estadounidenses, el respeto al estado de derecho y la propiedad privada, la reindustrialización de EU y la atracción de inversiones al país, no a Norteamérica. Hablan de reshoring, no nearshoring.

El gobierno no parece comprender estos cambios en el ambiente estadounidense y la dificultad venidera del proceso de revisión del T-MEC y, además, no tiene negociadores comerciales internacionales calificados.

POR MARTHA BARCENA COQUI