Margarito Escudero Luis
Hace algunos años en las escuelas de educación media y superior, se implementó el programa de “Proyecto de Vida”, para que los estudiantes pensaran en su futuro y se visualizaran en el tiempo.
Además se incluía la enseñanza para que los jóvenes aprendieran a armar una empresa, un negocio, a partir de sus propias ideas.
Sin embargo, de ahí no pasó. La mayoría de los estudiantes presentaron sus trabajos para cumplir con el programa y así poder aprobar el curso, tal como se hace en todas partes, cumplir con lo estricto necesario para cobrar el salario, aprobar el curso, o lo que sea sin dar más.
Así de deprimido está el pueblo mexicano, que no ve las posibilidades de cambiar para mejorar, o no las busca o no quiere intentarlo.
A eso le sumamos que la educación actual no está muy comprometida con despertar y motivar a los jóvenes para que piensen hacia delante, que decidan qué es lo que desean hacer en su vida, las metas que quieren lograr, la preparación que necesitan tener.
Todo lo que propone la sociedad o el mercado para los jóvenes y la comunidad en general, tiene el objetivo de mantener a la gente alejada del progreso personal, mantenerlos enajenados y la mayoría lo acepta sin darse cabal cuenta.
Finalmente hacen creer que la vida es fácil, cómoda, sin pensar, porque pensar da flojera, porque hacer un esfuerzo para lograr algo en la vida da flojera, porque ni siquiera pueden sostener una conversación profunda ya que no desean profundizar, ni enterarse de lo que está sucediendo a su alrededor, ni de lo que sucederá si siguen por ese camino.
TECNOLOGÍA EN CONTRA
La tecnología juega un papel muy importante en la actualidad, muchas actividades se han facilitado y eso permite contar con más tiempo para emprender otras cosas, organizarse mejor, y buscar un planteamiento diferente de la vida.
Pero pareciera que la tecnología moderna juega las contras al progreso personal, tanto que en escuelas oficinas y otros centros de trabajo deben prohibir el uso de celulares y otros artefactos a empelados y alumnos.
El celular, el Ipod, la computadora, los videos, los juegos electrónicos, son utilizados para mantener una vida superficial, ajena a lo que sucede en el lugar y el momento que se vive, estando más pendientes de lo que sucede en un entorno lejano.
Donde quiera que se encuentre el individuo que está conectado a internet, pareciera que es más importante lo que le comentan a distancia, que lo que sucede a su alrededor, tanto que para procurar concentración en su quehacer, se le prohíbe el uso de su teléfono.
Así las cosas, la gente ahora no quiere pensar, ni averiguar, ni meditar cosas que los empujarían a moverse porque eso da flojera.
PROMESA EDUCATIVA
La educación ofrece una promesa muy importante a los jóvenes, es un argumento que se fomenta desde el hogar y consiste en hacer creer al muchacho que si estudia, logra terminar una carrera, sus posibilidades de éxito económico en el futuro están aseguradas.
Pero una vez que el joven egresa de la universidad, se enfrenta a un mundo diferente al que le pintaron sus padres y profesores.
Se estrella contra la pared del desempleo, si bien le va, conseguirá un trabajo que nada tendrá que ver con los conocimientos adquiridos en la escuela, ya que los miles de empleos que se presumen, son mal pagados, provienen de empresas trasnacionales, que se instalan en nuestro país por los privilegios que les otorga el gobierno, pero sus compromisos no incluyen el desarrollo personal de cada uno de sus trabajadores.
Así que, si el patrón hace como que paga, pues el trabajador hace como que trabaja, y eso se refleja en que muchos de los jóvenes que empiezan a trabajar, lo único que quieren es cumplir con el horario para que llegue la quincena y cobrar su dinero.
Si la promesa educativa es un futuro promisorio, esta debería ir acompañada con más información, con la posibilidad de realizar un plan de vida real, que el muchacho se comprometa realmente consigo mismo, y que se le dé seguimiento hasta que esté en el camino.
Un joven debería estar pensando en su futuro, y los adultos deberíamos de inducirlos a pensar en ese futuro, ya que a nosotros se nos ha escamoteado esa posibilidad, sobreviviendo una sociedad en conflicto permanente desde hace más de 30 años.
Es necesario cuestionar a la juventud, preguntarles hasta el cansancio si lo que viven y lo que hacen es esto todo lo que desean en su vida. Si realmente quieren vivir la rutina a que nos acostumbramos, ir a trabajar, volver, cobrar, gastar, endeudarte y vivir al día.
Antes se hablaba de un mexicano audaz y atrabancado, ¿dónde quedó? ¿Dónde están la audacia, la motivación, las ganas de sobresalir, las metas?
¿En qué parte de la currícula de las escuelas se inserta la materia “Cómo lograr tus metas”?
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