2 de Abril de 2025

EN TERCERA PERSONA / Para Estados Unidos no basta la captura de narcos de mediano nivel / HÉCTOR DE MAULEÓN

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“Todavía hay mucho trabajo por hacer”, declaró la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, luego de reunirse en Palacio Nacional el viernes pasado con la presidenta Claudia Sheinbaum. Noem se refería a los esfuerzos por detener el imparable flujo de drogas y de migrantes, que, a pesar de la febril actividad desplegada por las autoridades mexicanas desde la llegada de Sheinbaum al poder, a su gobierno le siguen pareciendo insuficientes.

Sheinbaum presumió en esa reunión las cifras alcanzadas por la estrategia de “cero impunidades” que encabeza el secretario Omar García Harfuch, una de las figuras más relevantes de un gabinete poblado por varios fantasmas: 15, 887 detenidos, mil 347 kilos y 2 millones 59 mil 892 pastillas de fentanilo; 644 laboratorios y almacenes de droga asegurados, así como 8, 222 armas decomisadas.

Todo, desde el 1 de octubre hasta el pasado 25 de marzo.

Las acciones llevadas a cabo por García Harfuch en los primeros seis meses de la administración de Sheinbaum se han desplegado a lo largo de 17 estados del país, y se aceleraron desde principios de febrero por las inmensas presiones del Departamento de Estado norteamericano, que el día 2 de ese mes acusó al gobierno mexicano de proteger a los cárteles de la droga y de mantener con estos una “intolerable alianza” que pone “en peligro la seguridad nacional y la salud pública de Estados Unidos”.

Dichas acciones han llegado acompañadas de un fuerte despliegue mediático que subraya el repentino desperezamiento en que ha entrado el gobierno mexicano, así como la radical distancia que ha interpuesto frente al estrepitoso fracaso en materia de seguridad durante el sexenio de Obrador.

En sus últimos reportes de seguridad esta frase ha desaparecido, para que todo se concentre en demostrar una incidencia delictiva a la baja, especialmente en homicidios, la constante detención de “objetivos prioritarios” y el aseguramiento terrestre y marítimo de mariguana, cocaína, heroína, metanfetamina y fentanilo.

Sin embargo, a pesar de la voluminosa lista de detenciones y aseguramientos, los grandes jefes del narco siguen libres, y operando. Ni siquiera el debilitamiento que han sufrido como producto de su guerra interna ha llevado a la captura de los Chapitos, ni tampoco a la del Mayito Flaco, que con El Chapo Isidro figuran como los actuales líderes del narco en Sinaloa.

Según un estudio de México Elige, Escucha Social e Investigaciones Digitales, más que en el país, el hallazgo del rancho Izaguirre encontró mayor difusión, y desató un mayor nivel de conversación en el extranjero. El 69.1% de las conversaciones en redes sociales detonadas por el hallazgo ocurrió en cuentas del extranjero. De cada mensaje publicado en México aparecieron dos fuera del país.

La aparición mediática del grupo de abogados que defiende tanto al Mayo Zambada como a los líderes de los Zetas, y que están vinculados con gobernadores, políticos y figuras de alto de perfil de Morena, ha llevado al gobierno de Estados Unidos a plantear su intención de poner bajo investigación a varios políticos mexicanos

El próximo 2 de abril ha sido señalado por Donald Trump como la fecha en que Estados Unidos impondría aranceles a las exportaciones mexicanas. Por el momento, tras la reunión entre Sheinbaum y Kristi Noem, lo único que se sabe es que “falta mucho trabajo por hacer”: para Estados Unidos no basta la captura de operadores de mediano nivel. Lo que quieren los halcones de Trump es detener a toda costa el tráfico de migrantes y de fentanilo, y desmontar la estructura que lo hace posible.