Margarito Escudero Luis
Luego de que se dieran a conocer las detenciones de los presuntos asesinos del abogado minatitleco Cipriano Puertas y de los integrantes de una banda de secuestradores en Acayucan, la sensación de tranquilidad entre la población no duró mucho, pues de inmediato se dio paso a la duda.
Es lamentable que la desconfianza permee entre la sociedad, dicen que la burra no era arisca, pero dados todos los acontecimientos que han ocurrido a lo largo de los últimos meses y una clara falta de actuación de las autoridades, hizo que la gente perdiera esa confianza que debería existir para con su autoridades.
El gobernador del Estado, Javier Duarte de Ochoa hace denodados esfuerzos por borrar esa mala imagen que han construidos sus subalternos, ha salido a dar la cara y ofrece a los ciudadanos resultados, por lo menos en Minatitlán.
El largo historial delictivo de los detenidos puede dar certeza de su culpabilidad en el crimen contra el profesionista.
Sin embargo, hay señalamientos puntuales de que la impunidad ha protegido por mucho tiempo a los delincuentes, gracias al apoyo de jueces y agentes del ministerio público.
Abogados minatitlecos piden que se vaya al fondo del asunto; es decir, comenzar a limpiar completamente los Ministerios Públicos, arrasar, quitarlos y de esa manera se le dará certeza a la justicia.
También se debe delinear el funcionamiento de los cuerpos policiacos, poner en función un grupo de inteligencia que haga el trabajo de investigación, que hasta el momento no existe un cuerpo dedicado a eso y quienes lo hacen caen en errores y excesos que provocan que los presuntos delincuentes queden en libertad, no porque hayan demostrado su inocencia, sino por fallas en el procedimiento legal.
Y un abogado contratado por un presunto malhechor, hará todo lo posible por sacarlo del lío, utilizando a su favor los fallos policíacos.
Ya se prepara una formal petición al gobernador para que revise a fondo la actuación de jueces y ministerios públicos, haciendo el llamado al Procurador General de Justicia.
Pero, conociendo la lentitud con que se mueven los documentos en el mundo burocrático, se hará necesario realizar acciones de presión, para que no se olvide este pendiente social que está causando mucho daño y que deja grandes ganancias a quienes deberían aplicar justicia verdadera.
LA CORRUPCIÓN SOMOS TODOS
Sin embargo, será una tarea titánica poder acabar con la corrupción que invade el sistema de justicia, porque no es solamente ahí, sino que los tentáculos abarcan todas las formas del quehacer público y privado.
No hay instancia donde no se realice un acto de corrupción, desde evitar hacer fila para realizar un trámite, hasta la falsificación de documentos delicados e importantes.
Como sucede con escritoras que amparan propiedad de terrenos, que en este momento invade a la opinión pública; un asunto que debería ventilarse en los tribunales, alcanza la calle a través de los medios de comunicación, donde se supone, están inmiscuidos importantes ciudadanos cuya reputación era incuestionable hasta ayer.
Son 24 hectáreas en disputa, que lejos de llevar un cauce legal justo, se busca la forma de exhibir a los inmiscuidos, cierto o no, el caso es que todos aquellos que parezcan enemigos, deberán ser expuestos al escarnio público, ante una actuación oscura de los funcionarios judiciales.
En este caso, que protagonizan la familia Bringas Burelo y Juan Manuel Valdez Durán, donde los primeros se dicen duelos de las 24 hectáreas en disputa y el segundo asegura que realizó un contrato con la dueña (otra) del predio, firmando un convenio para lotificar 10 hectáreas.
En ese caso, el representante de Bringas menciona a personajes importantes del mundo de la política, empresarios y distinguidas damas.
Hay documentos, denuncias, todo en el camino legal, pero… ¿A quién creer? Cuando todo está más que enredado.
A río revuelto, ganancia de pescadores, dice un mexicano refrán y es claro que en este escabroso asunto, debe estar un tercero (o terceros) agazapados, esperando el momento para pasar a tomar posesión del terreno.
Mientras, llevan como carne de cañón a pobres ciudadanos que, en su deseo por tener un predio para fincar su hogar, arriesguen todo, pues en ese lugar la violencia está latente, sólo bastará un chispazo para que se provoque un gran incendio. Ya hay muestras de ello, heridos y macheteados es sólo el comienzo.