Margarito Escudero Luis
El poder de los dirigentes sociales, electos o no por la comunidad, comienza basándose en las necesidades de la gente a la que representa, la comunidad es su razón de ser y la búsqueda del bienestar común es su objetivo.
Pero llega un momento en que los dirigentes comienzan a suponer que sin ellos la comunidad está perdida y que se le debe toda la pleitesía y obediencia en agradecimiento a sus esfuerzos por mantener el progreso, la paz y el bienestar.
También llega el momento en que ese poder se sostiene gracias al servilismo de un pequeño sector de la comunidad, que ha generado intereses desde el poder y que sin él, corren peligro.
Entonces, todo aspecto legal que haya emanado de la comunidad será utilizada para proteger los intereses creados por ese sector privilegiado por el poder, como si fuera la comunidad toda.
Llegado este momento, todos los sectores que conforman la comunidad quedarán al margen de la protección del dirigente, quien se dedicará, como en un círculo vicioso, a proteger los intereses del sector que lo mantiene en el poder.
Pero, como es minoritario, necesitará de una fuerza capaz de contener a los demás sectores que reclamarán al dirigente su proceder, contrario a los intereses del total comunitario.
Así crea un nuevo sector, ajeno a la comunidad, que vive de la comunidad, cuyas funciones son proteger al sector privilegiado.
Esa fuerza estará integrada por elementos del resto de los sectores comunitarios que quedan fuera de la protección del dirigente; por lo tanto, para evitar que se vuelva en contra, también se crean los métodos y procedimientos policiales, para que la fuerza tenga una utilidad práctica.
Entonces, basados en la ley creada desde el principio en común acuerdo con la comunidad y con el apoyo de esa fuerza, el grupo privilegiado y la dirigencia permanecerá en el poder, hasta que la comunidad determine, a través de una nueva organización, replanteando las necesidades e intereses de la comunidad entera.
LA LEY Y LOS PRIVILEGIOS
Entonces, en la aplicación de la ley creada desde el principio por la misma comunidad, está será catalogada como delincuente por violar los preceptos que le dieron origen y sustentabilidad.
Pero, como esa ley, utilizada por el grupo privilegiado y el dirigente para sus propios intereses, ya no funciona para proteger el resto mayoritario de la comunidad, es su derecho de desobedecer el precepto que le está causando daño.
Lo que sigue es que, tanto los privilegiados, como la dirigencia, invocarán el estado de derecho, las leyes que le convengan y crear otras más para protegerse de la sublevación de la mayoría.
Los métodos policiacos se perfeccionarán, la propaganda contra la misma comunidad aumentará.
A partir de entonces la legalidad será un eufemismo, pues los preceptos creados en el origen de la comunidad ya no surten efectos para nada y para nadie. Sería como el petate del muerto, pero las cárceles se llenarían de inocentes, la fuerza bruta del estado contra una comunidad que ya rechaza todo lo que provenga de la dirigencia.
EL CONFLICTO
Entonces, los sectores dominantes y dominados de la comunidad, antes en equilibrio, entrarán en conflicto, todas las estructuras que le dieron sustento a la comunidad estarán en riesgo y habrá necesidad de plantear un nuevo pacto para que el equilibrio retorne.
Claro, tendría que crearse nueva dirigencia, que responda a los intereses comunitarios, algo así como empezar de nuevo, eliminando todo vestigio de la dirigencia que causó el desequilibrio, que falto al respeto a las reglas del juego.
Pero no es tarea fácil, esa dirigencia agonizante, responderá como animal herido, tendrá de su parte toda la fuerza creada para defenderla y venderá cara su caída.
Siempre se debe recordar que el Estado es un haz de instituciones destinadas a defender los intereses de los privilegiados, contra los no-privilegiados.
Así se ha escrito la Historia, no sólo de México, sino del mundo entero. Todos los países pasan por este entramado, cada vez más complicado para los privilegiados, conforme aumenta el nivel de conciencia del resto de la comunidad.
Esos momentos son muy dolorosos para todos, muchos mueren, otros pierden a sus seres queridos, pero siempre el cambio se da. Cuando la comunidad en general se mueve, no hay dirigencia que lo resista.