Margarito Escudero Luis
En el Partido de la Revolución Democrática, las cosas amenazan con ponerse calientes una vez más.
Luego que Los Chuchos se impusieran nuevamente, los grupos que perdieron buscan unirse para evitar que en la localidad llegue a la dirigencia quien fuera el único regidor perredista en la comuna pasada.
Pero todo tiene un origen en las decisiones cupulares. Resulta que ya existe una desbandada de militantes, que le están haciendo un gran boquete al partido; solamente en Oaxaca ya se les fueron más de 40 mil y, antes de que llegue a la dirigencia Carlos Navarrete, la fuga pudiera ser de más de dos millones de militantes.
Si eso sucediera, Los Chuchos tendrían un cascarón de partido para flotar en sus negociaciones con el gobierno.
Si las cosas se dan como se rumora, Ruperto Vázquez, Jesús Gómez, Roberto Ramos y otros, se sentarán a negociar y planear estrategias para evitar que Ricardo López Carrera tome la dirección del partido en Coatzacoalcos.
¿Qué antes estabas ciegos? Porque desde que se anunció la contienda interna, organizada por el Instituto Nacional Electoral (INE), se sabía que, de ganar Los Chuchos, el popular Richie quedaba en la posición más adecuada para acceder a la dirigencia.
¿Por qué no se unieron en ese momento?, como si no supieran como se las gastan en su propio partido, como si no tuvieran la experiencia de la pasada elección a la presidencia municipal, como si no se conocieran a sí mismos.
Por ahí dicen que en el PRD, el que pierde, en realidad no pierde, sino que gana una oportunidad de sacar alguna ganancia con la derrota.
Ahora no le quieren reconocer los méritos a López Carrera, cuando en realidad fue el único que metió presencia perredista en el ayuntamiento anterior.
Claro, al puro estilo del PRD, eso no se puede negar. Lo malo, es que muy pocos, casi nadie, tiene algún trabajo político que permita deducir su capacidad de liderazgo. Muchos quieren ser, destacar, dirigir, pero no han demostrado su trabajo, de organización, su estructura y su poder de convocatoria.
BRINCARON LOS MAESTROS
Integrantes del Movimiento Magisterial Popular Veracruzano (MMPV) se manifestaron en contra de la ley de Vialidad que recientemente se presentó en el Congreso local para su análisis y posible aprobación, ya que atenta contra las libertades ciudadanos consagradas en la Constitución.
Alfredo Peláez Estrada, vocero del MMPV en Coatzacoalcos, calificó de increíble dicha ley, puesto que la Constitución establece el derecho a la libre manifestación de las ideas, el libre tránsito y lo que se intenta con esa iniciativa de ley, es limitar la capacidad de movilización de los ciudadanos.
Dicen los maestros que no es posible que los encargados de respetar la Constitución nacional y local, estén impulsando una iniciativa con las que pretenden inhibir los derechos ciudadanos.
La verdad es que la Historia de todos los países del mundo está llena de ejemplos en los que se demuestra que por más leyes que se impongan, no se puede detener el derecho a la manifestación y el día en que esa ley llegara a aprobarse, y el pueblo acepte que se limiten sus derechos fundamentales, estaríamos en un retroceso histórico y en camino hacia una dictadura imperfecta.
Sin duda, algo está mal, porque mientras cualquier individuo realice su trabajo con eficacia, la empresa para la que labora marchara bien; pero cuando alguna parte del equipo comience a fallar, entonces toda la empresa comenzará a tener problemas.
Así, si la autoridad realiza su trabajo eficazmente, pues la sociedad funcionará normalmente, pero cuando desde la misma autoridad hay fallos constantes, y esos se reflejen en la sociedad, entonces la movilización social para corregir esos errores, comenzará a manifestarse, es lo normal.
Peor aún cuando esa autoridad pretende evitar la movilización, es como si se tratara de detener el tren con una ley.
En todo el país pueden verse manifestaciones, la más reciente en la ciudad de México, donde más de 15 mil estudiantes del Instituto Politécnico Nacional tomaron la calle para reclamar algo que consideran nocivo para su formación profesional.
Sin duda, algo anda mal.
