Margarito Escudero Luis
La falta de solidaridad entre los ciudadanos hace que otros se aprovechen de la situación y provoquen conflictos, con pleno conocimiento de la apatía general.
Desafortunadamente los mexicanos hemos sido víctimas del juego perverso del grupo dominante, cuyo objetivo es mantener a las mayorías dispersas para seguir manteniendo el control.
Le herramienta principal es el miedo, sembrar el terror, es una práctica cotidiana en estos tiempos; incluso ya se habla de una guerra de muy baja intensidad en contra de la gente susceptible de rebelarse.
Ejemplos de la falta de empatía hay muchos, ocurridos en los últimos días y que a aquellos que se sientan muy honestos pueden decir que se sienten ofendidos.
En las oficinas de la Secretaría de Obras Públicas de Coatzacoalcos ocurrió un evento vergonzante, un sujeto golpeó sin piedad a una persona mayor, porque con sus ironías ofendía a su jefe, el Secretario de la dependencia.
La golpiza fue atestiguada por muchas personas, vieron la cobarde agresión, todos sabían que se trataba de una injusticia y nadie hizo nada por impedirlo, cuando contaban con la ventaja de ser más y el agresor sólo uno.
En días pasados, sujetos armados asaltaron un autobús del grupo AU y además violaron a dos jovencitas a la vista de todos, que eran mayoría y, nadie hizo nada.
En otra ciudad, policías abusivos arrestaron a un niño que vendía chicles en el centro de la ciudad, a todas luces un atropello contra alguien que no puede defenderse, todo ante decenas de ojos, y nadie hizo nada.
Y seguramente, usted, amable lector, conoce más casos como este, donde el abuso de poder, de autoridad, de estatura, de dinero, o lo que sea, pasa por encima de los más elementales derechos de una persona y nadie hace nada.
Esa cobardía tan generalizada da pie a los nacimientos de las famosas Ladies, publicitadas en las redes sociales, hace que cada quien se sienta solo a la hora de enfrentar a alguien con algún tipo de poder.
Y todo eso a pesar de que en la actualidad, el hartazgo llegó a cada ciudadano, que la situación de México es ventilada a nivel internacional y que, las grandes marchas realizadas, esas enormes concentraciones de ciudadanos, han demostrado que la unidad y la organización son elementos con los que los abusivos del poder no cuentan y no podrán controlar jamás.
Pero nadie escarmienta en cabeza ajena. Desafortunadamente todos tendremos que enfrentar en algún momento una forma de abuso para sentir lo que es estar solo.
Por eso es importante cuidarnos los unos a los otros de los abusos, los atropellos y las agresiones; debemos buscar el refugio en al grupo compuesto por personas de nuestra propia clase, así como los otros se organizan y se cuidan entre ellos, utilizando su poder económico o político para engañar, dividir, comprar y sembrar temor.
Porque el día en que aquellos se den cuenta que nadie tiene miedo, entonces pondrán sus barbas a remojar.
Un claro ejemplo de que no demostrar miedo tiene consecuencias grandes, es lo ocurrido en Iguala, Guerrero.
Según declaraciones de algunos detenidos, los muchachos secuestrados, jamás se agacharon, no se dejaron dominar por el miedo, ni por los gritos, ni por las armas.
Al contrario, lucharon fieramente, gritaron, insultaron, hasta que los delincuentes se cansaron y optaron por desaparecerlos o matarlos, para callarlos; pero su ausencia o su muerte, es el grito más grande aún, que se escucha en todo el mundo, que ha puesto a México en la mirada internacional y ha provocado el cuestionamiento de su política, de las reformas, de la imagen que se había vendido al exterior.
Entonces, si el resto de la población sometida, continua con actitudes individualistas, la situación de violencia y desintegración social, seguirá fastidiando la existencia de cada quien; en cambio si se muestra solidaridad, empatía y organización, las cosas deberán cambiar para beneficio de todos y no de unos cuantos, que se han aprovechado de la división sembrada entre los mexicanos.
Claro, eso sólo funcionaría, si el objetivo que cada quien persiga, sea el mismo de todos los demás.
¿Usted qué opina?