Margarito Escudero Luis
Definitivamente, el problema principal de México, no es la inseguridad. Aunque suene mal, los cientos de muertos, ejecutados, asesinados, si bien son el resultado de una criminalidad rampante, el verdadero problema es lo que da origen a esta situación.
Desde hace mucho tiempo se sospechaba que integrantes de los cuerpos policíacos y del ejército mismo, estaban involucrados en los actos criminales; es decir, que la inseguridad de la que ahora se queja el gobierno (demasiado tarde), es provocada, solapada y patrocinada por el mismo gobierno.
Atacar la inseguridad creando más cuerpos armados, equivale a echarle gasolina al fuego. Llamar a los políticos a la firma de un pacto por la inseguridad, suena más a burla para los deudos, víctimas y la población en general, cuando todo el pueblo de México atestiguó la forma como se desarrolló el pacto entre la cúpulas partidistas, para sacar adelante las llamadas reformas estructurales.
Cuando cada vez hay más evidencias de un narco estado, cuando las evidencias hunden a políticos, resulta inútil firmar un acuerdo con los culpables, dejando de lado a las víctimas para luego hacerlas aparecer como culpables.
O bien, la iniciativa del presidente es una muestra más de insensibilidad, o de plano, quienes asesoran y conducen las decisiones presidenciales, son totalmente ignorantes de la verdadera realidad de lo que se está viviendo en México.
Ignoran a propósito la terrible crisis que estamos padeciendo, que a todas luces se ve que a ellos no los ha tocado.
Sería bueno saber cómo le harán los partidos políticos para que, con un nuevo pacto, puedan evitarse casos como el ocurrido en Ayotzinapa, cuando esa barbarie sólo es la punta del iceberg de una serie de acontecimientos que han venido escandalizando a la ciudadanía connacional y extranjera.
Iguala solamente es la parte visible del drama, los gusanos que pudren la carne de los muertos, brotan también en las entrañas de un sistema que ya no da más.
De entrada, habrá que recordar que los hechos que pretenden dé origen a un nuevo pacto, ocurrieron hace más de un mes, hubo una respuesta tardía por parte de las autoridades, se sabe que militares negaron ayuda a los jóvenes y que fue la policía del lugar la que entregó a los estudiantes a los Guerreros Unidos.
¿Dónde cabe un pacto?, es innegable que, quienes provocaron esta crisis, sean los indicados para terminarla.
El descrédito de la clase política está en su máximo nivel. Nadie cree lo que digan los políticos, sobre todo cuando exhiben su brutal ambición al buscar la forma de desviar la atención de la gente, para ellos poder hacer lo propio y evitarse broncas.
Por eso, nadie creerá lo que digan Carlos Navarrete del PRD, ni lo que declare el dirigente del PAN, mucho menos lo que salga del PRI.
Sin embargo, estos entes, sabedores de la inacción ciudadana, subirán al podio para alabar la “valiente” decisión del presidente; volveremos a ver a los mismos partidos, a los mismos representantes de los poderes del Estado, a las mismas asociaciones civiles y a los mismos paleros mediáticos pronunciar y difundir los mismos discursos que precedieron a la tragedia nacional.
Ya no hay nada oficial que pueda resolver este conflicto, que no es solamente Guerrero, está en todo el territorio nacional y en el extranjero se espera que los mexicanos hagan algo verdaderamente heroico para salvar a la Nación.
Lo más reciente es el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), evitando la realización de la consulta popular sobre la reforma energética.
¿Cómo disimular la entrega de los magistrados al poder fáctico de los grandes empresarios?, ¿Cómo negarán estos abogados su corrupción al fallar en contra de los intereses de la Nación?
El problema ya no son los muertos, sino la estrategia de contrainsurgencia gubernamental, quieren evitar a como dé lugar, la organización popular para que sea el mismo pueblo quien resuelva este descomunal problema.
¿Qué otra explicación puede tener que el estado, en vez de llevar verdaderos beneficios al pueblo, llene las calles de militares, marinos, policías acreditables o no, agentes de la PGR y todo aquello que sirve para sembrar más temor?