Manuel Zepeda Ramos
Buñuel. Luis de nombre y Portolés de apellido materno. Luis Buñuel Portolés nació en Calanda Teruel, un caserío de Aragón, allá en España. Llegó con el siglo XX, como Giuseppe Verdi se fue también con el mismo siglo. El 22 de febrero de 1900 fue el día.
Luis Buñuel, muerto en México Distrito Federal el 29 de julio de 1983, fue un creador del cine, cineasta pues, figura señera e inmortal del Séptimo Arte. El Discreto Encanto de la Burguesía, largometraje inolvidable que retrata a la perfección la vida mundana de los poderosos, le valió el Oscar en 1973 a la mejor película de habla no inglesa y Tristana y Ese Oscuro Objeto del Deseo nominadas como aspirantes al mejor guión original y mejor guión adaptado respectivamente, a tan grande designación de la academia cinematográfica norteamericana. Amigo personal desde su juventud de Federico García Lorca, Rafael Alberti, Salvador Dalí, juan Ramón Jiménez y Pepín Bello, abrevó en ellos las ideas modernas del siglo XX que habrán de influir notablemente en su vida y en su actuar profesional, reflejadas siempre en sus películas. Con Dalí se entabla una competencia que los lleva a ser enemigos para toda la vida. Sin embargo, con Dalí se inició en el surrealismo.
Marcha a Francia para reunirse con los grandes surrealistas del momento, con André Bretón a la cabeza. Allí, su afición por las puestas en escena para el teatro se ven suspendidas para dedicarse de lleno al cine, haciendo El Perro Andaluz y la Edad de Oro consideradas como piezas cinematográficas fundamentales para la historia de esta creación humana. Ambas piezas de arte, son consideradas surrealistas.
Cruza el atlántico con todo y familia para dirigirse a Los Ángeles, a Hollywood, en donde se enlista a trabajar en la Metro Woldwyn Mayer, como observador, donde conoce a Charles Chaplin y a Sergéi Eisenstein.
Su llegada a México se da, afortunadamente, desde esa meca del cine. Inicia con una película fallida con Jorge negrete, Gran Casino, para desarrollar una gran cinematografía Mexicana.
Su mejor aportación es, sin duda, la que le valiera el premio al mejor director en el festival internacional de Cannes en 1950, con Guión de él mismo y Luis Alcoriza junto a Pedro de Urdimalas, Max Aub y Juan Larrea. La música fue del español exiliado en México y gran compositor contemporáneo Rodolfo Halffter. Con esta película, Luis Buñuel lanzó a muchos actores niños al estrellato del cine como Roberto Cobo, Alma Delia Fuentes, Alfonso Mejía, así como a los ya formados Estela Inda y Miguel Inclán. Plantea el gran drama de la pobreza y la delincuencia en la ciudad de México durante los años de la mitad del siglo pasado. Está influenciada por el neorrealismo italiano, impregnada con el toque surrealista de su eterno director.
Esta gran película, orgullo del Cine nacional, se llama Los Olvidados.
He recordado con gran cariño y reconocimiento al inmortal Luis Buñuel, que escogiera emitir el último suspiro en la Ciudad de México, destacando la película más importante que produjera en nuestro país, Los Olvidados, porque hoy hay también muchos olvidados que, deliberadamente, la opinión pública hace caso omiso de ellos.
¿Quiénes son?
En primer lugar, José Luis Abarca Velázquez, el ex alcalde por el PRD, asesino de varios estudiantes en su “reino” de Iguala, asesino ejecutor de un líder agrario hace mucho tiempo y responsable directo y emitidor de la orden para la desaparición de 43 estudiantes de la escuela rural de Ayotzinapa, Isidro Burgos, desde septiembre pasado.
María de los Ángeles Pineda Villa, esposa del presidente municipal de Iguala, hija y hermana de personas vinculadas al crimen organizado y precandidata al gobierno de Iguala por el PRD, en cuya fiesta de preparación para dar a conocer la noticia se suscitó todo el zafarrancho que hoy tiene al gobierno postrado y a una parte de México movilizado.
Ángel Eladio Aguirre Rivero, ex gobernador de Guerrero por el PRD, que abandonó su puesto constitucional al renunciar públicamente a él, dejando un estado sin rienda ni autoridad para ejercer el poder. En los últimos días de su gestión antes de que el Congreso nombrara a su sucesor, se enseñó como claro protector del ex alcalde y esposa al permitirle su huida sin intentar absolutamente nada para su detención, no obstante que el Secretario de Gobernación le había pedido que lo impidiera para ponerlo a buen recaudo.
El Gobernador sustituto de Guerrero, Rogelio Ortega Martínez, quien desde su toma de posesión, su entrevista con Adela Micha en la televisión nacional y el nombramiento de sus primeros funcionarios incluido el Pino de la Roca para la Secretaria de Educación no hemos vuelto a saber de él ni de gestión alguna como gobernador para beneficio de los ciudadanos, no obstante el artículo positivo que este autor escribió y firmó ante la llegada de un representante de las sociedad civil al rescate de la dignidad de Guerrero.
El momento álgido de sus detenciones junto al escándalo mediático mundial que trajo consigo y su desaparición de la escena cotidiana como si se tratara de un acto del gran Houdini; la torpeza de las acciones dilatorias del gobernador sustituido para retardar la tarea de búsqueda oportuna de los desaparecidos y de la aprehensión de la “Pareja Imperial” para pasar al más absoluto de los olvidos junto a la absoluta falta de actividad y de mando en el ejercicio de su gestión observada en el recién llegado, hacen que la especulación suba de tono para cargarle todas las pulgas al Presidente de la República que ejerce un Poder Ejecutivo en una nación con entidades federativas libres y soberanas en donde la de Guerrero tardó en reaccionar en momentos fundamentales para la atracción federal del caso. Todo esto, parecería deliberado para crear un profundo caos.
Los olvidados de hoy, a excepción de Rogelio Ortega, espero sean los responsables de mañana.
Para la salud nacional.