Margarito Escudero Luis
Son muchos los escándalos que se han suscitado en la cúpula del poder. Así como en cascada, como si alguien lo tuviera preparado, porque tantas coincidencias juntas no pueden ser posibles.
Desde que Enrique Peña Nieto era candidato a la presidencia, las cosas no le salían bien, parecía una jetatura, pero ahora en el colmo de su supuesta mala suerte, hasta la renuncia le exigen.
Peña llegó a la presidencia en medio de un escándalo, las tarjetas Monex, la compra del voto y todo lo que ya se dijo, luego asumió la presidencia con una enorme protesta frente a la sede del Congreso, donde hubo un herido de gravedad.
Luego vino la temporada de aprobar las reformas “estructurales”, con una oposición entregada, maiceada, las reformas se aprobaron desde la cúpula sin tomar en cuenta la opinión ciudadana.
Hasta ahí, todo le iba saliendo bien al grupo en el poder, con el apoyo de los grandes millonarios del país y, sobre todo, de las trasnacionales que ya saboreaban el saqueo que harían en el territorio.
En medio de protestas que no querían ver ni oír, Peña vivía su mejor momento en el extranjero, le aplaudían en el extranjero, lo papachaban y lo soportaron en el extranjero, pero en el interior del país, las cosas cada vez se ponían más difíciles.
Existe la teoría de que el gobierno mexicano echó a andar un plan para desarticular todos los focos rojos de posible insurrección, o que de alguna manera representar peligro para el plan neoliberal que pondera el enriquecimiento de las grandes empresas y el empobrecimiento de las mayorías.
LLEGARON LOS NORMALISTAS
Todo iba bien. Hasta que Ayotzinapa brincó al plano nacional primero y luego al internacional.
La prensa extranjera cambió de opinión respecto al presidente mexicano, la corrupción oficial se evidenció en el mundo entero, el cuete le estalló en las manos a Enrique Peña.
La masacre de Ayotzinapa cimbró al gobierno mexicano, en los momentos más álgidos del conflicto, se esperaba la caída del presidente y toda su corte.
El PRD pasó del entreguismo a la lamentación, el PAN guardó un cómplice silencio, el PRI siguió actuando como lo ha hecho siempre, con cinismo y petulancia.
Todos los políticos actuaron como siempre lo han hecho, dejaron sólo al cómplice, negaron la cercanía, se dijeron ajenos, cuando hubo y hay evidencias de que todos se tapan con la misma cobija.
Evidenciados así, el pueblo de México tomó otro rumbo, las marchas se hicieron cada vez más grandes, los jóvenes del Instituto Politécnico Nacional, dieron la lección a todos de cómo sí se puede luchar organizadamente sin caer en la corrupción.
El estado no pudo criminalizar a los estudiantes del IPN. Ante las exigencias de los muchachos, los funcionarios quisieron mostrarse buena onda cuando parecieron en público, pero en las mesas de negociación quisieron espantar a los estudiantes con el petate del muerto.
LAS DUDAS
Pero en medio de toda la movilización nacional, las dudas surgen. Como que la efervescencia se ha calmado, los 43 normalistas que fueron motivo de enojo y rabia, hoy parecen haber pasado al olvido, toda vez que la PGR está en entredicho cuando la versión de la cremación clandestina de los normalistas, parece caerse.
La sospecha prevalece. Y no es que el pueblo mexicano quiera tumbar al actual gobierno, sino que son otros los que están detrás, provocando el caos, haciendo creer a la gente que de verdad el pueblo se manifiesta democráticamente.
Se disponen de cuantiosos recursos para que la imagen de Peña Nieto se venga a los suelos, por eso los desaparecidos han pasado a segundo término.
Porque luego del escándalo de Iguala, apareció el de la casa blanca de la señora de Los Pinos, y de paso se llevaron al secretario de Hacienda.
Finalmente, el pueblo no tuvo la capacidad de organizarse como debiera, los padres de los desaparecidos se quedaron solos, con sus lamentos y la ausencia de sus hijos.
Eso que parecía el inicio de la nueva revolución mexicana, quedó al parecer, en un excelente plan de marketing, para hacernos creer que somos soberanos y podemos tumbar al presidente.
¿Habrá otra versión?