Margarito Escudero Luis
Por fin hubo solución al conflicto entre los ejidatarios de Tatahuicapan y la presa fue entregada para que comenzara a surtir de agua a Coatzacoalcos.
Se firmó un nuevo acuerdo y la ciudad comenzará a recibir solamente el 40 por ciento del agua en relación a lo que recibía antes.
Las peticiones de los serranos no están fuera de lógica, pero no corresponde al municipio de Coatzacoalcos cumplirlos, sino que es parte del desarrollo de aquellas ciudades y que deberían ser apoyadas por el gobierno estatal y el federal.
Pero dadas las circunstancias, una vez más los ejidatarios aceptaron las promesas oficiales, y piden la construcción de un hospital en la zona serrana que atienda a las comunidades.
También pidieron que se retiren las órdenes de aprehensión que se giraron en contra de quienes encabezaron la toma de la presa, quienes están acusados de traición a la Patria, entre otras cosas.
Hay muchas cosas que quedarán pendientes luego de este drama}, cuyos principales protagonistas fueron los ciudadanos de Coatzacoalcos que tuvieron que aguantar más de 20 días sin agua, quienes ante la falta de información, tuvieron que aceptar una serie de versiones que nada tuvieron que ver con la realidad del conflicto.
Triste situación que ahora queda superada, en la que hubo otros personajes interesados en echar a perder el trabajo que realizó la autoridad, el enorme esfuerzo para que no faltara agua en las casas.
No todo fue perfecto, muchas familias se quedaron sin agua, a pesar que, frente a sus narices pasaban las pipas y no les entregaban agua, porque había otros vivales que las desviaban hacia otros destinos.
Esos “pequeños” detalles deberían ser investigados por la autoridad, porque fueron personas que de alguna manera se sintieron protegidas por las autoridades municipales.
APRENDER LECCIONES
Quienes no tuvimos acceso al agua de las pipas que envió el ayuntamiento, recurrimos al servicio que prestaron muchos ciudadanos, que subieron un tinaco a sus camionetas y, a cambio de una cuota, llevaban el líquido, desde donde se surtía, hasta el domicilio, además de bombearla para llenar el tinaco.
Otros más, intentaban quedar bien con los “coordinadores” del Ayuntamiento, invitándoles un refresco, con tal de que les dejaran toda el agua que pedían.
En fin, que esta contingencia debe dejar muchas lecciones a las personas que se vieron involucradas.
Muchos aprendimos a administrar el agua, a reciclarla, a bañarnos, lavar trastes y ropa con el mínimo necesario, otros más hicieron el esfuerzo por desinfectar el agua que venía turbia y salada.
Los reclamos en todo momento, eran justos, la incomodidad y la aparente falta de acción por los encargados de distribuir agua, que cobran mensualmente el recibo, provocó serias molestias entre la gente, ya que las explicaciones eran pocas y casi nunca salía el titular a dar la cara. Eso hubiera provocado menos enojos y generado más confianza.
La otra lección, que en muchos casos se pasó por alto, es que necesitamos aprender una mejor convivencia entre vecinos y no solamente mostrarse solidarios para organizar la fiesta, sino demostrar esa unión en los momentos difíciles, como los que tuvimos que pasar.
También queda muy claro, que aún nos falta mucho por aprender.
ROBOS EN LA CFE
Hace algunos meses, en las páginas de El Heraldo dos robos de cobre que se cometieron en la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Se dijo que eran los vigilantes los responsables del ilícito, pues así se apreciaba en las cámaras de video vigilancia instaladas en las instalaciones de la empresa.
Lo raro es que no pasó nada. La denuncia presentada ante la PGR, hizo que los agentes llegaran a entrevistar a los trabajadores sindicalizados, pero estos brincaron de inmediato alegando que por qué a ellos, si estaba muy claro quiénes eran los responsables.
Los trabajadores, a través de su sindicato, enviaron su queja por escrito al alto mando de la CFE, desde donde llegaron las llamadas de atención a los jerarcas locales, pero la preocupación mayor fue porque el asunto trascendió a los medios.
El caso está muy raro, sobre todo porque los hechos ocurrieron justo cuando había un cambio de estafeta en el mando sindical, así que parece que todo fue fabricado para embroncar al Sindicato.
Finalmente como no se pudo, optaron por cambiar a los vigilantes y todos felices y contentos.
Sigue la impunidad.