23 de Noviembre de 2024

Revelaciones: La gran mentira

Margarito Escudero Luis

En aquel tiempo, el partido político era un nido de pensadores y activistas en busca del poder político de una nación.

Cada instituto planteaba su programa de gobierno, preparaba sus “cuadros” (así se llamaban) y mantenían púbicamente una ideología, que era el pilar del comportamiento y acciones de sus militantes.

 

En algunos países de corte socialista, el partido lo era todo. El órgano de gobierno total estaba representado por el partido.

El esquema se copió para formar los sindicatos en este país. Como se puede ver, en México el sistema sindical es totalitario, se rige por una férrea disciplina y se rinden cuentas y tributo a una sola persona.

Algunos partidos en México, nacieron con la idea de cambiar el régimen que en algún momento de la historia, dejó de ser realmente representativo de la sociedad mexicana, pero llenos de personas que únicamente tenía de valor sus ideas, cuando vieron las grandes cantidades de dinero que se maneja en la política, cambiaron de barco y lanzaron a la basura los principios del partido y la ideología que le daba sustento.

Hoy, para algunos personajes que no son militantes de ningún partido, toman a estos como un vehículo para acceder a cargos de elección popular, dejan de lado el trabajo militante y están a la espera de alguien con cierto renombre social, para ofrecerse y poder conseguir algunos votos que les permitan subsistir y ganar algún dinerito.

El romanticismo que permeó en las luchas revolucionarias, quedó en el olvido.

De esa forma, cualquier persona puede ser candidato en cualquier partido. No se le cuestiona nada, solamente debe ser conocido y aportar algún capital para financiar la campaña, porque la directivas cupulares no aflojan nada.

Por eso podemos ver ciudadanos que fueron candidatos por un partido y, a la siguiente contienda van con otro y después con otro más.

SOSPECHOSISMO

La sospecha está en que, si en una contienda no pudieron ganar la elección, ¿Qué les hace suponer que la siguiente sí lo lograrán?

El sospechosismo lleva a especular sobre la posibilidad de que haya algún negocio en esas candidaturas hechas para perder.

Algunos especulan, que hay acuerdos oscuros entre el gobierno y los partidos pequeños, que no tienen ninguna posibilidad de ganar, a pesar de que son tomados como vehículos (o trampolín, que es lo mismo) para acceder al cargo.

El caso es que estamos ante la prostitución de la política; donde se pueden hacer acuerdos con el enemigo para que este a su vez pueda derrotar a su verdadero enemigo.

La misión original de un partido político era participar en el juego político con el fin de alcanzar el poder. Para eso deberían hacer trabajo político.

TODOS SOMOS CÓMPLICES

Pero, algunos le llaman evolución al bodrio político que tenemos que soportar los mexicanos. Debemos aceptar un alud de propaganda de partidos y candidatos que nunca llegarán a ocupar ni siquiera un regiduría, porque las directivas de los partidos se coluden con el poder real para mantener eso que llaman “privilegios” y se olvidan de tomar el poder para cambiar las condiciones sociales del país.

Pero también, la gran mayoría de la gente se presta al juego suponiendo que “todos son iguales” no se les da oportunidad a aquellos que de verdad luchan por un cambio verdadero.

De esa forma, el sistema actual se fortalece, se sienta sobre una gran mentira y la fomenta con el abstencionismo, el valemadrismo y la apatía.

 

Cuando las leyes mexicanas deberían hacerlas valer los propios ciudadanos a través de la participación masiva, pues una copiosa votación a favor de un candidato, deja si armas a quienes se dedican a buscar “los recovecos de la ley” que alguna vez invocara Vicente Fox.