Margarito Escudero Luis
Ahora resulta que los partidos políticos no tienen control ni idea de quienes son sus afiliados, según puede deducirse por las declaraciones que hizo Rosario Quirasco Piña, coordinadora estatal de Movimiento Ciudadano (MC).
Lo anterior es en relación a la denuncia interpuesta por Lidia Fabián Lorenzo, acusando al MC de haberla afiliado arbitrariamente a sus filas.
Ante la actitud de la dirigente del partido anaranjado, es probable que estemos ante un caso de abuso de poder, de insulto a la inteligencia de los ciudadanos y de desprecio a la militancia y valor de los mexicanos.
Porque la señora Quirasco lanza un argumento verdaderamente infantil, pues no está hablando de una persona analfabeta o estúpida. Fabián Lorenzo es una profesionista, universitaria y militante de izquierda desde su temprana juventud.
Pero esas cualidades no importan a la señora Quirasco con tal de zafarse de la bronca que tiene encima, porque así deben estar muchos ciudadanos.
Insinuó la dirigente que “es que la ciudadana se hubiera afiliado al MC, creyendo que lo hacía por el PRD”. ¡Por favor!
La licenciada Fabián es militante de izquierda desde antes que el PRD fuera una idea, cuando Dante Delgado era más priista que Camacho Quiroz y ni en sueños se imaginó estar regenteando un partido al servicio del gobierno.
Llegó al PRD cuando se fusionaron los partidos de auténtica izquierda, como el PCM y el PMT de Heberto Castillo y, por salud se retiró del perredismo justo cuando comenzaron las coaliciones traicioneras.
El clavo ardiendo de donde se aferra Quirasco es que “la señora tuvo que haber dado al partido la credencial de elector y firmado; sin embargo, los folios de afiliación los tiene el Instituto Nacional Electoral (INE), por lo que el partido no ha podido comprobarlo”; es decir, jamás lo comprobará.
Con esa acción deja el problema en manos del INE, mientras Lidia sigue sin chamba.
Muchos creen que el león es de su condición.
OLVIDO INDUCIDO
Memoria de corto plazo le dicen, es un fenómeno común entre las masas domesticadas para obedecer las órdenes de quienes los dominan, de tal forma que ni siquiera se dan cuenta que están obedeciendo.
Queda muy claro que los asuntos que atañen directamente al pueblo, deberá solucionarlos el pueblo.
Los grandes casos horribles que han cimbrado a la nación, provocaron una reacción nacional que puso en jaque al gobierno y este le apostó al olvido inmediato que vendría, si se guardara silencio sobre el tema.
Muchos ciudadanos que se mostraron indignados ante la barbarie ocurrida en Ayotzinapa, y que se convirtieron en revolucionarios de un ratito en Facebook, ya olvidaron a los 43 desaparecidos.
Por eso, los directamente afectados no quitan el dedo del renglón. Afortunadamente aun quedan muchas personas que no quitan el dedo del renglón y se encargan de recordarle al gobierno que hay un asunto grave sin resolver.
Y es tanta la fuerza del reclamo, que el mismo Enrique Peña Nieto tuvo que salir a decir nuevamente que el caso Ayotzinapa se supere.
A 4 meses de la desaparición de 43 estudiantes, en Iguala, Guerrero, el presidente dijo que la barbarie “nos ha marcado, nos ha dolido” y agregó que en este momento en la historia de México, de pena, de tragedia y de dolor, “no puede dejarnos atrapados, no podemos quedarnos ahí".
Si el procurador Murillo Karam había dicho en aquella ocasión, cuando declaró a los jóvenes como “desaparecidos”, porque no había evidencia que los calcinados fueran ellos, ahora lo mandaron a declarar púbicamente que a los muchachos los mataron y los calcinaron.
Se aferrarán a esa versión, cuando hay evidencia de que la versión no es correcta y muchas dudas sobre la veracidad de la Procuraduría.
EL INFLUYENTISMO ATACA
El famoso restaurante “El Acuyo”, ubicado en el malecón, fue cerrado hace algunos días, según porque la clientela corría peligro de contagiarse de algún tipo de gripe.
Esa fue la versión que se dio, cuando la autoridad colocó los sellos de clausura; pero hay versiones que indican que eso no es verdad, sino que el propietario de El Acuyo, presumiendo sus influencia, no respetaba el horario que indica el reglamento; es decir que Pedro Tiburcio mantenía abierto el changarro hasta las seis de la mañana, cuando el horario permitido es sólo hasta las dos.
Hasta ahí, la autoridad cumplió con su deber, pero resulta que El Acuyo ya está abierto y haciendo las mismas faltas al reglamento.
Y, según dicen los enterado, el propietario del lugar, presume que está muy palanca y no le hacen nada. Así que a quienes les guste la trasnochada, pues ahí está El Acuyo, protegido, según el dueño, por la misma autoridad.