Margarito Escudero Luis
Hace muchos años, la ideología que cada individuo adquiría en su formación a través de la vida, era lo que le iba a distinguir de entre los demás y le permitiría encontrar a otros seres que compartieran ese modo de pensar y harían asociaciones productivas.
Sea cual fuera la tendencia, su destino quedaría marcado hasta el fin de sus días.
Y es que un corazón de izquierda o de derecha, late por ese lado siempre, no da virajes bruscos, ni busca cobijo en otras banderas para lograr un objetivo lejano.
La postura ideológica es como una calcomanía en el cerebro, difícilmente quien la lleva puede despojarse de ella o ignorarla.
Lo mismo podría decirse de la religión, o del equipo de fut favorito. Es (o era) como estar amarrado de por vida a un pensamiento, una idea arraigada que llegaba a controlar la misma actitud ante la vida.
Algunos podrán decir que las cosas han cambiado, que es necesario modernizarse, estar a tono con la moda, dejando atrás las arcaicas actitudes de guardar para siempre los quereres.
SÓLO EL CAMBIO ES CONSTANTE
Hoy se puede (y quizá se debe) cambiar de idea, de actitud, de equipo, de partido, de pareja sin que necesariamente se tenga que pasar por un desastre emocional.
Según los políticos modernos, la ideología es un lastre y esto aplica para otras cosas donde la idea fija tiene que ver con el comportamiento, como aquellos que le van a Las Chivas o al América.
O sea que según la teoría política nueva, si tu equipo favorito está de malas, va a la baja, no gana ni un volado, lo nuevo, lo moderno es dejarlo.
Puedes ir con el equipo que gane más partidos, el que te garantice el campeonato y, cuando aquel equipo de tus emociones, vuelva a la senda del triunfo, puedes regresar sin problema alguno.
Según la modernidad, nadie tendrá por qué gritarte “¡chaquetero!” o “¡traidor!” y si lo hacen, tienes la opción de ignorarlos, pues se tratará de esos personajes que se quedaron en el pasado rumiando sus frustraciones, anquilosados e intentando hacer valer una idea arcaica.
También puedes cambiar de familia si la tuya ya te tiene hasta la madre, o seleccionar a tus parientes que no van de acuerdo contigo y buscar primos, tíos y sobrinos en las familias de tus amigos o conocidos y así poder estar en paz en medio de la modernidad.
LA MODA ES TRAICIONAR
En este país, la traición llegó para quedarse, ya no es algo malo traicionar, es parte de la evolución misma del ser, parte de la modernidad.
Puedes traicionarte a ti mismo. Y si sientes que aquella ideología que te movió las entrañas, te está dejando fuera del presupuesto, ignórala.
La ignominia es lo de hoy, únete a los que van de acuerdo a lo que quieres, pues la unión hace la fuerza, “¡unidos venceremos!”.
Hoy se pueden desafiar a las leyes de la física, las propiedades de los cuerpos también pueden estar a la moda. Se pueden unir el agua y el aceite y además pueden vociferarlo, que todos se enteren del logro que no se pudo en los laboratorios, se puede con la moda, la propaganda.
Pero, muy a pesar de la moda, lo cierto es que es la ideología lo que determina la conducta de los humanos. Hay quienes se sienten muy identificados en las alas políticas tradicionales, de izquierda o de derecha y eso les ha dado honorabilidad.
Otros niegan la ideología, pero su ideología es actuar como lo hacen, saltando de posiciones, cambiando compromisos, traicionando.
LA MOLESTIA DE EUSEBIA
En una entrega anterior publicamos la versión de que la señora Eusebia Cortés, precandidata del Partido de la Revolución Democrática contaba con cuatro juegos de placas de taxi y que sólo había cursado hasta el cuarto año de primaria.
Esto molestó a la señora y llamó a este redactor para manifestarlo y hacer la aclaración.
De entrada Eusebia Cortés asegura que sólo cuenta con un solo taxi que se identifica con el número 1587.
Además dijo que a las pruebas se remite y que, cuando se requiera puede mostrar los documentos. Bueno pues ahí está la propuesta, quienes aseguran que la señora anda en otros rollos, pues únicamente tratan de enlodar su persona.
También aclaró que si bien no tiene un título, no es verdad que sólo cursó hasta el cuarto año de primaria, sino que concluyó la instrucción básica, hizo secundaria y algunos semestres de preparatoria, que no concluyó.
Califica como perversas a las personas que dieron la información equivocada, pues que hasta inventaron que es infiltrada del gobierno en el PRD. Y dice que son juegos sucios de los dizque compañeros perredistas.
EL viernes pasado, Eusebia Cortés ofreció una conferencia de prensa, donde reiteró su deseo de participar en la contienda interna; ahí declaró que Rodolfo de la guardia ni siquiera está inscrito como precandidato y, en caso que la directiva quiera imponerlo, ella impugnará esa decisión.