Margarito Escudero Luis
La guerra por la diputación federal aparenta ser encarnizada, pues hay, hasta el momento, 11 tiradores. Rafael García Bringas por el PRI; Renato Tronco por el Movimiento Ciudadano, Rodolfo de la Guardia (ya confirmado) por el PRD; el Partido del Trabajo aún tiene como su gallo a Armando Rotter, a pesar que el ex farmacéutico ya no vive en la ciudad; Gonzalo Guízar por el PES; Francisco Aguilar Leal por el Partido Humanista; Adán Escobedo por el Panal; El Verde aún no dice que apoyará a Bringas; probablemente la candidata del PAN sea la señora Gloria Santos Navarro y Rocío Nahle por Morena.
Todos candidatos de partidos con registro, pero también Esteban Valles busca ser candidato independiente, para lo cual ya rebasó el tope de firmas que impone el INE y todavía se dará el lujo de llevar siete mil rúbricas para poder registrarse como candidato.
También Roberto García, quien fuera secretario de gobernación en tiempos de Marcos Theurel, será candidato independiente, llegó con la mesa puesta, no tuvo que recorrer ni una cuadra para conseguir las firmas de ciudadanos que pide el INE.
Esteban Valles si se echó la tarea de recorrer el distrito solicitando el apoyo ciudadano. Ya logró el cometido y va por más.
Pero lo importante no es que Valles cubra el requisito, sino que ese caminar le deja experiencias, aprendió cómo vive la gente, cuáles son sus temores y pudo aceptar que, el sistema al que pertenece, juega con la mente de las personas, induciendo miedo e inseguridad para actuar bajo su propio criterio.
Eso no lo tiene el resto de los suspirantes, nadie conoce el sentir de cada persona, no hay interés por hacer un estudio sociológico de fondo que permita entender el comportamiento ciudadano; las únicas encuestas que se conocen son para saber quien está “mejor posicionado”.
Y la forma común que emplean los suspirantes para “posicionarse”, es dejándose ver, sonriendo a las cámaras, enviando regalos, pero nadie le entra a conocer el verdadero sentir popular, puesto que esa no es la misión, el verdadero objetivo es ganar la elección, que será una fortaleza más para el grupo político que se represente.
MIEDO
Aunque el miedo es perceptible en la población, debido a los altos índices de inseguridad, el hecho de que el temor sea porque los vean apoyando a otra persona que no sea el candidato oficial, existe también, pues sienten que perderán los “privilegios” que dan los programas asistencialistas del gobierno.
Es decir, que muchas personas viven a la espera de las limosnas que puedan entregarle, y no se aplica una política para que la misma gente, a través de su propio esfuerzo, pueda satisfacer todas sus necesidades.
El asistencialismo es la base del capitalismo, así puede justificar la explotación de las personas y se basa en la religión y el control político de la sociedad y manipulación mental de las masas.
Nunca se habían visto tantos candidatos, será una dispersión de los votos, nadie podrá alcanzar una mayoría real, según la cantidad de ciudadanos inscritos en el padrón electoral.
Si a eso se le suman otros elementos, como el alto índice de abstencionismo, la compra de votos, a la aplicación de “técnicas” especializadas en escamotear votos, la inducción y, por supuesto, el miedo, pues quizá tendremos la peor elección de todos los tiempos.
Pero aún así, el arma más poderosa que legalmente tenemos los ciudadanos para lograr un cambio por la vía pacífica es el voto.
Sólo que la ciudadanía aún no ha comprendido que un solo voto no funciona como arma, tendría que ser una votación copiosa, abundante y para un solo candidato, eso dificultaría la labor de los especialistas en cambiar resultados.
La otra razón por la que la personas no votan, es porque no quieren el cambio, así están bien, convencidos de que así están bien.
Lo malo es que siempre nos quejamos.
