Sin tacto
Por Sergio González Levet
Reunión ambiental
El jueves 20 y el viernes 21, el Puerto de Veracruz podrá ser considerado la capital del medio ambiente mexicano. Y esto es porque se realizará ahí la Décimo Séptima Sesión de la Asamblea General Ordinaria de la Asociación Nacional de Autoridades Ambientales Estatales (Anaae).
El titular de la Sedema veracruzana, Víctor Alvarado Martínez, será anfitrión en este evento, al que han confirmado su presencia muchos de sus homólogos de las otras entidades federativas, así como un número mayoritario de los procuradores del ramo que hay en el país.
Y para no ser menos, también estarán funcionarios de primer nivel de la Semarnat, como el subsecretario de Planeación y Políticas Ambientales, Rodolfo Lacy Tamaño, y la oficial mayor, Irma Adriana Gómez Cavazos. Junto con ellos, asistirá la no menos importante directora del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, María Amparo Martínez Arroyo.
Estas reuniones han demostrado que se pueden hacer eventos que no sean el puro turismo, y por eso en las nueve ocasiones anteriores los secretarios y los procuradores han logrado una mejor coordinación entre los gobiernos estatales y el federal, con lo que se ve más promisorio el manejo de este asunto, que es crucial para nuestro presente y el futuro de nuestros hijos.
Véase los temas que en esta ocasión se van a tratar en serio: mejora de la calidad del aire, estrategias para conservar la biodiversidad y establecimiento del presupuesto de egresos.
En el marco de la reunión, se van a compartir también las experiencias de éxito que han tenido algunos gobiernos estatales, con la mejor intención de que lo bien hecho en algunas regiones termine por convertirse en parte importante de la política ambiental nacional.
Ahí, Veracruz y su secretario podrán presumir, entre otras cosas, el incremento notable que ha habido durante el gobierno de Javier Duarte de las zonas protegidas, el trabajo conjunto que se ha hecho con el Instituto Nacional de Ecología y la infinidad de acciones que se han echado a andar prácticamente en todos los rincones de nuestra geografía, para salvaguardar nuestra riqueza natural.
El planeta ya no aguantará mucho tiempo más la depredación de que es objeto por parte de nuestra especie, que ha resultado mortífera contra nuestros compañeros de viaje, que son los otros animales y las plantas y el agua y todos los recursos no renovables. Y al decir que ya no aguantará me refiero a que está empezando a incidir en las condiciones para la preservación de la vida.
Si no hacemos algo ahora, hoy mismo, en este momento, tal vez no haya tiempo para revertir el daño causado, y ya no habrá un mundo que dejarle a las siguientes generaciones. Eso no es catastrofismo, sino una realidad que nos amenaza. Es tiempo de que empecemos a valorar más la vida humana que la economía, que aprendamos que es mejor conservar que despilfarrar nuestros recursos, los que tan pródigamente hemos gozado a lo largo de la historia.
Qué bueno que a partir de este jueves, los responsables del medio ambiente de todo el país estén reunidos para ver qué pueden hacer…
Que es mucho.
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