23 de Noviembre de 2024

Manuel Rosete Chávez - Profesionales y mercachifles

APUNTES

 

Manuel Rosete Chávez

“Nuestros nuevos diputados federales son la generación del cambio, pura morralla”

Mario Tejeda Tejeda

 

 

Profesionales y mercachifles

 

De los 8 mil periodistas que hay en la entidad, un porcentaje muy bajo lo integran los periodistas profesionales; egresados de las facultades de letras, de las de periodismo, de derecho, psicología y otras profesiones afines al área de humanidades, que cuentan con una base académica (cultura) que les permite entender el compromiso que tienen con la opinión pública, lo que es la ética periodística, la responsabilidad como comunicadores, la relación que se debe de guardar entre el Estado y la prensa, los riesgos que en la actualidad se corren en el ejercicio de la profesión, periodistas que a leguas se distinguen porque saben manejar el lenguaje y en sus escritos denotan un marco de referencia cultural que los hace muy diferentes al resto.

 

Otros son charlatanes que, a falta de una chamba o porque lo que hacían no les era suficiente para ganar el sustento, vieron en el periodismo una forma de obtener dinero, que son la mayoría. Estos “periodistas” a quienes les permiten el ingreso a medios de comunicación, en ocasiones ni sueldo reciben a cambio de embadurnar cuartillas y publicar infundios, los “empresarios” los dejan sueltos porque saben que afuera ganan mejor que si les asignaran un salario, no tienen prestaciones laborales y dedican su tiempo al productivo chantaje.

Otros son exfuncionarios gubernamentales que, por cuya conducta poco productiva en el trabajo, fueron dados de baja y no encuentran como reincorporarse, por lo que han visto en un medio, o en varios, ya sea impresos o portales web, una forma de criticar al gobierno, de sacar sus amarguras, de criticar sin tener un respaldo, a pontificar porque como estuvieron dentro de la administración pública se sienten con autoridad para hacerlo, y se han convertido en “periodistas” que jamás fueron reporteros, que no tienen idea de lo que es redactar una nota informativa, cabecearla, diseñar una plana aunque sea de interiores, hacer un reportaje, una entrevista, una crónica, una nota de color, ni nada, pero que se ponen a tundir las computadoras disparando tonterías sin ton ni son porque así se sienten periodistas.

Otros son improvisados que de momento encontraron en el periodismo un refugio y una forma de golpear al gobierno priista y servir a los intereses de partidos distintos al PRI, a estos, que no son pocos, se encargan de certificarlos organizaciones también de pseudoperiodistas como la Oceac de Uriel Rosas, quien a cambio de usar sus nombres para extorsionar al gobierno les entrega reconocimientos el día de la libertad de expresión, que cuelgan en sus casas o en sus oficinas como símil de un título profesional a nivel de doctorado en periodismo; el autoengaño que los políticos corruptos avalan con apoyos económicos.

Así es como se ha ido formando esta fauna de ¡OCHO MIL PERIODISTAS! veracruzanos que en realidad no lo son pero que ponen contra la pared al estado en una situación como la que se está viviendo, de tragedias en las que han fallecido 17 ó 18 miembros del gremio.

Y no es que los veracruzanos tengan una vocación natural por el oficio periodístico, no, lo que pasa es que ha habido gobiernos que han alentado el arribo de miles de farsantes al gremio.

Nosotros hemos sido testigos de cómo individuos que no tienen ni idea sobre como de redactar un telegrama se han convertido en auténticos magnates de los medios, o de cómo surgen a diario nuevos “columnistas” que publican escritos carentes cuando menos de una prosa entendible, improvisados, eso sí calumniadores profesionales que al rato se dicen “mártires del periodismo”, “víctimas de un Estado represor” y que encuentran en sus iguales (funcionarios y políticos corruptos) complicidad para cometer sus tropelías y así subsisten.

Menuda tarea la del Estado, tener que preocuparse por tantos miles de “periodistas” que pululan a lo largo y ancho de la entidad.

 

Reflexión

 

 

- Pregunta Enrique Peña, ¿oiga Virgilio Andrade, qué horas es? – La que usted diga señor presidente. Escríbanos a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.www.formato7.com/columnistas