Hambre en Coatzacoalcos
Margarito Escudero Luis
Hablar de pobreza extrema desde la comodidad de un escritorio, no puede reflejar la verdadera dimensión del problema, pues se trata de ciudadanos que no tienen cubierta su necesidad primera de alimentarse.
Conocer el problema de cerca pudiera marcar otra perspectiva, pues las personas que no comen y tienen hambre, buscarán el modo de conseguir alimentos, comienzan dando el paso de aguantarse la vergüenza para pedir algo de comida o dinero para comprarla.
Quienes de buena fe ayudan, no aguantan mucho tiempo, generalmente se trata de vecinos que están en una situación ligeramente arriba de los otros, así que irán a buscar su alimento donde lo encuentren y lo conseguirán como sea.
Y es que hay niños involucrados, padres que no tienen un ingreso, no consiguen trabajo y necesitan alimentar a sus retoños.
Así que lo más seguro es que arriesguen hasta la vida, con tal de llevar comida a su casa
Eso está sucediendo en Coatzacoalcos, seguramente ocurre en muchas otras partes del país, pero estas personas que cayeron en desgracia sólo son estadísticas, “estudios” para que el gobierno y otras instancias no afines al gobierno, tengan datos acerca de la gente que comienza a morir de hambre.
Porque a pesar de los datos que se levantan, en realidad no hay un programa gubernamental que se avoque a la resolución del problema del hambre, no bastó la Cruzada Nacional contra el Hambre, pues el problema no es la falta de apetito de las personas, sino que las fuentes de empleo están cerrando, dejando en la calle a miles de trabajadores.
Ya dejó de ser solamente el problema de la falta de empleos, el gobierno debe sumar la caída del poder adquisitivo de la masa trabajadora y el hambre que comienza a asentarse en las colonias populares.
La falta de alimentos para los niños provoca gran desesperación en los padres, alimentar a sus pequeños es prioritario, así que primero acudirán al funcionario, luego se humillarán pidiendo a los transeúntes para finalmente buscar, a cambio de su vida, el sustento que necesitan.
No se trata de pintar un panorama lúgubre, sino de llamar la atención de las autoridades y de todas las personas para que tomen sus debidas precauciones, que ayuden en la medida de lo posible, pero cualquier persona hambrienta o que vea el hambre en sus hijos, reaccionarían violentamente si no se les atiende a tiempo.
MILLONES DE POBRES
En México hay 55 millones de pobres (46.2% de la población) y de este porcentaje, 7 millones son personas en condición de pobreza.
El gobierno debería implementar programas que ayude a las personas a conseguir sus propios alimentos, ya que el principal programa social del gobierno de Enrique Peña Nieto, que está dirigido a los más pobres de México, no ha demostrado que cumpla con su objetivo de abatir el hambre.
Deben por fuerza replantear la problemática y buscar la forma de resolver el problema y no solamente para utilizarlos en campañas electorales.
La Auditoría Superior de la Federación, el órgano fiscalizador de los recursos públicos, revisó el cumplimiento de los objetivos y las metas de la estrategia denominada Cruzada Nacional contra el Hambre, y encontró que las deficiencias en su implementación no garantizan que se haya disminuido el número de personas en esa condición.
El 46.2 por ciento de la población nacional (55.3 millones) vive en la pobreza, y de este porcentaje, el 20.6 por ciento se encuentra en pobreza extrema. Del total, unos 7 millones de personas enfrentan un panorama más fatalista: están en condición de pobreza extrema alimentaria; es decir, cuentan con un ingreso que no les permite obtener una canasta básica al mes y enfrentan tres o más carencias sociales, entre las que se incluye el acceso a la alimentación.
Pero la cifra continuará aumentando, dado el fracaso del programa contra el hambre, dados los despidos masivos, la falta de creación de empleos y la ineficacia y corrupción que imperan entre los operadores de dicho programa, no se ofrece una solución viable y visible.
Ya el Gobierno federal reconoció en el Plan Nacional de Desarrollo, que el hambre es “la expresión más lacerante de la pobreza y es ocasionada por la falta de acceso a la alimentación, debido a la falta de ingresos económicos”.
La Cruzada contra el Hambre además de ser un fracaso más de la política social del actual gobierno, sirvió para burlarse de los millones de hambrientos que hay en el país.
La gente necesita comer y, hoy por hoy, ningún asalariado tiene la seguridad de que comerá bien en los meses que vienen.
La pobreza extrema en alimentación llegó a Coatzacoalcos, mientras se dilapidan millones de pesos en campañas políticas.
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