17 de Febrero de 2025

Revelaciones

La responsabilidad ciudadana

 

Margarito Escudero Luis

 

A 72 horas de celebradas las elecciones en el estado de Veracruz, aún quedan algunos pendientes, y los encargados de vigilar que no se escamotee ningún voto a su candidato, sacrifican su tiempo y su salud para soportar las maratónicas sesiones en el Ople.

Estamos acostumbrados a dejar pasar, dejar hacer y dejar de hacer cuando es necesario todo eso, por lo tanto, cuando alguien reclama con perseverancia, nos parece un obstinado fuera de lugar.

Tal vez por esa actitud generalizada ha hecho que muchos políticos nos traten como niños fáciles de engañar.

Pero bien dice nuestro refrán, “no hay mal que dure cien años, ni enfermo que los aguante” y el hartazgo llega cuando las necesidades apremian.

Sin embargo, vencer la inercia es difícil, ¿cuánto tiempo de sometimiento es? Generaciones enteras nacieron y murieron creyendo que el mundo es así, por lo tanto corresponde a la población actual, realizar los cambios necesarios para mejorar sus condiciones de vida.

Así queda claro que nadie vendrá en su auxilio gratuitamente para que logre un mejor empleo, una mejor escuela, mejores servicios, hospitales, transporte y todas las comodidades que la modernidad ofrece.

Para lograrlo, nuestra sociedad creó una serie de instituciones y procedimientos que se pagan con el trabajo de cada quien, a través de los impuestos.

Es decir, que a cambio de pagar el tributo, la sociedad y cada individuo debería recibir una serie de beneficios, como los que se mencionan arriba y más.

Pero en algún momento de la Historia, o siempre, delegamos toda esa responsabilidad a los políticos, quienes (teóricamente ) son seleccionados por los ciudadanos, quienes pagan sus salarios, para que se encargaran de administrar los servicios y beneficios sociales.

La sociedad dejó la iglesia en manos de Lutero. Esos políticos aprovecharon el descuido social y se despacharon con la cuchara grande, primero con cautela, evitando la obviedad, pero fue tanta la confianza, que se transformaron en cínicos ladrones, traidores de la confianza de la gente.

 

Y se adueñaron de todo y se llamaron autoridades y abusaron del poder que el mismo pueblo les dio.

Luego fueron quitando al ciudadano la capacidad de adquirir sus propios satisfactores, encarecieron la vida, envilecieron la política, empobrecieron al pueblo, se enriquecieron escandalosamente y poco a poco, debido a su nula solidaridad con sus conciudadanos, sus paisanos, a su falta de compromiso y la pérdida de arraigo con su tierra, entregaron la riqueza nacional al extranjero que ya había sido expulsado.

Pero el hartazgo llega, todo tiene un límite y, a pesar de las manipulaciones que puedan ejercer sobre el aparato electoral, llegará el momento en que serán avasallados por la voluntad del pueblo que desprecian.

Al parecer, ese momento está cerca, corresponderá a esta generación operar el cambio con los métodos que considere necesarios.

Se requiere perseverancia, atención, empecinamiento, hasta lograr el objetivo.

 

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