Los estertores del monstruo
Margarito Escudero Luis
Pues poco a poco llega a su final el proceso electoral, ya con todo despejado, con entrega de constancias de mayoría para los triunfadores, reconocidos por la autoridad electoral, que salió muy raspada de este proceso
Las dudas quedan y la desconfianza persiste, en los recuentos quedó en evidencia el Ople al computarse votos que “no fueron tomados en cuenta”, que se anularon por equivocación y otras lindezas.
En Coatzacoalcos no quedó duda de cuál es la preferencia ciudadana, no había forma de meter cizaña, de sembrar dudas, la contundencia de la votación dio claridad al resultado.
Es verdad que la marca Morena tiene mucha penetración en el ánimo de la gente, en muchos casos se votó por el partido y no por el candidato y así hubo triunfos.
Minatitlán es un caso que debe tomarse muy en cuenta, ahí el miedo al cacique petrolero está muy arraigado en la mente de los ciudadanos, los petroleros viven en una constante amenaza si se salen del huacal.
Sin embargo, el hartazgo alcanzó sus límites, los excesos de algunos funcionarios locales, aunados a la situación global en el estado, llevaron a la ciudadanía a sacudirse el yugo y, en masa votó por la candidata de Morena.
Pero, el dolor de la derrota es tan grande, que están recurriendo a lo que saben hacer para sobajar a quien osa brincarles, responderles, ganarles y se ha emprendido una campaña de ataques contra la señora González Sheridan, tomando como base una agresión contra los periodistas.
GONZÁLEZ SHERIDAN
July González Sheridan tiene un carácter muy volado y dice lo que considera su verdad, pero en la radio y en las redes se le fueron a la yugular, tratando de hacer creer a la gente que todos los periodistas fueron ofendidos por la diputada electa del distrito 28.
Todos sabemos que hay texto-servidores que estuvieron denostando durante el tiempo de campaña, tal vez González Sheridan debió cerrar la boca y olvidar este tema, pero lo sacó a flote y ahora pues es víctima de quienes recibieron un saco a su medida.
En su texto, la diputada electa hace un reconocimiento a los periodistas que profesionalmente cubrieron su campaña, realizando un trabajo limpio, informando sobre lo que se hace, sin calificar ni juzgar.
Es necesario destacar que en Minatitlán el coto de poder sindical ha rebasado todos los límites, los familiares del cacique petrolero se han adueñado hasta del Ayuntamiento y comparten con otros grupos poderosos, uno encabezado por el aún secretario de gobierno, Flavino Ríos Alvarado, quien traicionó a su Alma Mater, la Universidad Veracruzana.
Entonces, una sociedad sometida a base de amenazas, de miedo, de corrupción, decidió armarse de valor y votar contra lo mismo, es su derecho y su obligación.
Pero los grupos resentidos, no permitirán que se les quiten sus privilegios tan fácilmente, así que en sus estertores agónicos, tirarán coletazos y zarpazos.
Todo tiene un límite, todo tiene un final, todas las cosas se renuevan, empiezan otra vez para mejorar todas las condiciones que permiten a una sociedad vivir en armonía, progreso y bienestar, tres aspectos que en este momento están muy deteriorados.
Hay individuos que no sienten ese deterioro porque perciben beneficios del sistema, entonces al cambiar bruscamente, se sienten afectados (de hecho, son afectados) y reaccionarán en consecuencia.
Ante el nuevo panorama, con un gobierno distinto a los acostumbrados, muchos medios de comunicación, como muchas empresas que recibían el beneficio del gobierno, pues se verán afectadas en sus ingresos, incluso se habla de la desaparición de algunos, otros tendrán que adaptarse a las nuevas condiciones.
Si no se quiere ver la voluntad popular y se cae en el ataque fácil a las nuevas condiciones, lo más seguro es que empeoren su situación, como aquellos que lanzaron huevos al senador hijo del cuasi gobernador electo, quienes ya desaparecieron del mapa, escondidos tal vez.
En Minatitlán puede haber situaciones peligrosas para los ciudadanos, el voto secreto que pegó duro, puede que sea atacado, como está sucediendo con algunos taxistas que apoyaron a un partido diferente.
No se puede vivir cuidando cadáveres.
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