¿La voz de Dios?
Margarito Escudero Luis
Dicen por ahí que el poder corrompe y que el poder absoluto corrompe absolutamente.
Sobre todo si ese poder llega fácil, regalado, sin el esfuerzo que representa un trabajo social amplio y efectivo, con resultados para la ciudadanía.
Acumular el poder para uso exclusivo de la familia, provoca que quienes detenten ese poder, olviden para lo que realmente es y los herederos crean que así es la historia.
Nada que ver con la lucha que tuvo que sortear quien por primera vez consiguió su coto, quienes le heredan, reciben en bandeja de plata el trabajo de muchas personas, liderado por su pariente.
Lejos de toda conciencia social, los herederos de un trono pelearán por lo que consideran suyo, olvidando que hay reglamentos en manos de la sociedad que, en algún momento, hace valer su poder.
Pero, acostumbrados a hacer lo que les plazca, sin dar cuentas ni explicaciones a nadie, cuando la gente se cansa del cacicazgo, se sienten ofendidos y despojados.
Esta generación de jóvenes herederos de cacicazgos, llevan una vida de príncipes y reinan en un pueblo sumido en la pobreza.
Ya la gente, cansada de ello y de ellos, ha tomado en serio el arma oficial y, coincidiendo con la mayoría, decidieron quitarles ese poder.
Entonces el pueblo hace temblar a esos poderosos, que en un principio no se dan cabal cuenta que su realidad ya cambió y actúan como si fueran los dueños de todo y llaman a sus cómplices, quienes también creen que sirven a un rey absoluto y en la ignominia en que viven, se prestan servilmente para torcer la ley.
Pero se topan con una turba enojada y decidida a todo con tal de hacer valer la ley que debería aplicar para todos.
La historia es cíclica, la escena que hoy vivimos en Cosoleacaque ya ocurrió en otras épocas, siempre con pueblo débil e ignorante; ahora es diferente.
AFERRADOS
La falta de oportunidades para la mayoría de la población, los abusos en el poder, la criminalidad, el saqueo implacable de los recursos públicos, han llegado al límite de la paciencia de la gente que ahora sabe que el dinero que se robaron es de los ciudadanos.
A todo eso se debe sumar que la votación es favorable al adversario de la heredera del cacicazgo, por la cantidad que sea, son más los ciudadanos que ya no los quieren ahí.
Y a pesar de eso, han obstaculizado todo el proceso legal. Enturbiaron el conteo, metiendo personas que nada tienen que hacer en la sesión del Ople y, ante la enorme presión de la gente indignada, maniobraron para que la paquetería electoral sea sacada de su lugar de origen y llevada a la capital Xalapa.
Claro que esa acción molestó a todos, porque intuyen, dada la experiencia, que intentarán cambiar el resultado a su favor.
Deberían tener cuidado, la gente está furiosa, si les arrebatan su triunfo, cualquier cosa puede pasar.
LA VOZ DEL PUEBLO
Dicen también que la voz del pueblo es la voz de Dios, que tres votos más el 50 por ciento hace mayoría, lo demás son patadas de ahogado y abuso del poder que aún les queda.
Si la gente ya no los quiere ahí, deberían preguntarse por qué, analizar la trayectoria familiar y reconocer los errores.
Cuando entiendan que ya están fuera de lugar, pudieran actuar con humildad y aceptar la decisión mayoritaria.
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