3 de Octubre de 2024

Revelaciones

En el país de las mentiras

Margarito Escudero Luis

Tal parece que los políticos y gobernantes de México, los que hoy detentan el poder, no fueran mexicanos, ponderan en exceso todo lo que viene del extranjero, lo que sucede en el extranjero y prefieren que vengan extranjeros a comerciar con sus productos en nuestro país.

Hay sucesos que cimbran cualquier conciencia, ocurran en el lugar que sea, pero que salga la máxima autoridad del país a condolerse por un hecho sangriento ocurrido en Estados Unidos, cuando en este territorio, desde el mismo gobierno se ordenan masacres contra mexicanos y hacen como que no pasa nada, es ofensivo, no solamente para los familiares y amigos de las víctimas, sino para la sociedad en su conjunto.

Peor aún, cuando los medios de comunicación de gran alcance en la Nación, no consignan, no informan sobre las muertes violentes que sufren muchos mexicanos.

No hay noticias sobre las golpizas que están recibiendo maestros chiapanecos, o dan la nota incompleta y se prestan a mostrar a dirigentes sindicales como delincuentes, mientras a otros dirigentes sindicales que abandonaron a su gremio se les trata como si fueran héroes.

Vivimos prácticamente en un mundo al revés, lo que hagamos los mexicanos estará mal, lo que venga del extranjero será bienvenido, importamos gasolina, cuando somos productores de petróleo, el alimento tradicional de México, el maíz también viene del extranjero ante el abandono oficial del campo, Pemex se fraccionó para ser vendido a particulares, entre los que destacan importantes políticos mexicanos, pero el grueso de la industria quedó en manos de otros países.

Y como el rumor es el arma favorita del gobierno para destantear a su pueblo, pues ya se dice por ahí que los gasoductos del país ya fueron entregados a una empresa extranjera.

Luego se preguntan por qué la gente no vota por ellos.

Porque en esa entrega criminal de las riquezas mexicanas a otras naciones, no solamente tiene culpa un gobierno que implementó un programa de desincorporación de las empresas estatales, sino que en ese afán entreguista y reptil de la mayoría de los políticos mexicanos, que ocupan algún cargo, se prestaron al juego sucio de dejar a las mayorías en la pobreza.

Más aún, nuestro mundo es al revés cuando la población sabe lo que está ocurriendo y no hace nada para evitarlo, como sucedió con los trabajadores petroleros que permitieron el despojo y los dejaron sin elementos legales para poder defenderse.

PRINCIPIO DE CAMBIO

Sin embargo, un importante aviso se dio en las pasadas elecciones del cinco de junio, que marcaron un cambio drástico, un importante aviso para la clase política que, sin duda, tendrá que revisar sus métodos, cambiarlos o modificarlos, volverse otra vez “mexicanos” y no permitir que al síndrome “Porfirio Díaz” los alcance.

Y es que en tiempos de don Porfirio, la alta sociedad mexicana se “afrancesó” y los resultados comenzaron a vivirlos después de 1910.

Algunos políticos no pueden bajarse de su soberbia y creen a pie juntillas que el pueblo de esta región no votó por Morena, sino que votó en contra de ellos, siguen en la actitud de negarle los méritos al triunfador.

Sin duda, el cambio que viene no será terso, perder privilegios no es algo que se pueda aceptar así como así, los privilegios se defienden pues se consideran como un derecho, incluso la historia registra que los reyes de antaño aseguraban que esos privilegios se los había otorgados el mismito Dios.  

El caso es que una fiera herida se defenderá con todo lo que tenga al alcance, en este caso con las leyes torcidas a su favor, como está ocurriendo en Cosoleacaque, donde varios notarios notorios acudieron a dar fe del triunfo de la priista Carla Enríquez Merlín, pero como las cosas no estaban a favor de ella, pues no dieron fe de nada y una muchedumbre enojada, los corrió del lugar.

Ante esta nueva realidad, vemos como varios actores sociales están perdiendo su prestigio y credibilidad; primero las casas encuestadoras, que decían a quién les pagaba lo que querían oír y anunciaron triunfadores que se quedaron extremadamente lejos de la meta.

O sea que las encuestadoras dijeron mentiras al público. También mintieron los medios de comunicación que daban por ganadores a los que resultaron perdedores, basándose en informaciones falsas.

Y estuvimos en medio de muchas mentiras, promovidas por los políticos que han ostentado el poder, como las famosas “reformas estructurales” que vinieron a partirle la madre a muchos mexicanos, petroleros, electricistas, maestros, empresarios, comerciantes…

Y aun así, se preguntan por qué la gente los abandonó.

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