27 de Noviembre de 2024

Revelaciones

La pobreza de todos

Margarito Escudero Luis

La pobreza en México no es solamente un problema social, realmente se trata de un eterno conflicto social, agravado por las políticas implementadas por el gobierno que, lejos de generar riqueza y satisfactores para todos los sectores de la población, se empecina en quedar bien con gobiernos y empresas extranjeras.

Es el mensaje que constantemente envían los funcionarios de gobierno a la población, baste mencionar los dramáticos sucesos en dos antros gay y cuya atención gubernamental se centró específicamente en el antro extranjero, olvidando deliberadamente la tragedia de muchas familias mexicanas que perdieron a sus parientes en el antro Madame, en la ciudad de Xalapa, la capital de Veracruz.

Los programas contra la pobreza que pone en marcha el gobierno de México, no llevan la intención de abatirla, de abrir posibilidades a las personas sumidas en la pobreza para que salgan adelante, para que a través de un trabajo digno, bien pagado, pueda satisfacer sus necesidades y algo más.

Claro que es apremiante que la seguridad de la alimentación se brinde a los ciudadanos hundidos en la desesperación de la pobreza, pero de ahí no han pasado, ni siquiera se ha podido solucionar el problema, por muchas causas, el número de personas en esa situación es enorme, se habla de 50 millones de mexicanos sumido en la pobreza extrema.

Y el problema de la alimentación, que la mayoría de esos 50 millones intentan solucionar todos los días, no permite pensar en alguna otra posibilidad de avance en la carrera social, así que además de hambre, hay ignorancia total, analfabetismo, insalubridad, delincuencia, entre otras cosas que agrava la situación de cada ciudadano en pobreza, extrema o no.

Dicen que para poder avanzar en cada uno de los aspectos de la vida social, el gobierno debería implementar proyectos encabezados por especialistas, así, para atender el rubro de salud, se ubica principalmente a un médico, para los asuntos de la Hacienda pública, un economista debería ser el indicado, en obras públicas un ingeniero y así sucesivamente.

Pero en el tema de la pobreza, no hay expertos, únicamente se encuentran los que padecen de pobreza mental, que no dan una para poder entender la dimensión del problema, personas que no han padecido hambre en serio y que consideran al pobre que, por su misma condición, con una mínima cantidad podría vivir.

POBREZA MENTAL

Se han mencionado cantidades como 10 pesos diarios, 6 mil pesos al mes, (¿recuerdan a Ernesto Cordero y a Rosario Robles?), cuando quienes lo proponen derrochan enormes cantidades de dinero a cargo del erario.

Anilú Ingram, delegada de la Sedesol, estuvo en Coatzacoalcos para presentar oficialmente el programa Futbol por la Inclusión de un México Sin Pobreza, que acerca al INEA a todos los jóvenes que no han concluido sus estudios básicos.

Lo malo es que en México puede asociarse al deporte, especialmente al futbol, con cerveza, un dato sólo como observación.

La pobreza es consecuencia de la mala administración del gobierno mexicano, así como el desempleo, de los salarios mínimos que se le asignan a los obreros, pues la riqueza que se genera en nuestro país va a parar a unas cuantas manos, unas pocas familias que están interesadas en que las cosas sigan así.

POLÍTICAS ERRÓNEAS

En los últimos años, en México se ha descuidado la producción alimentaria, la generación de empleos dignos y bien pagados y se ponderó la inversión extranjera, que se lleva gran cantidad de recursos, mientras una mínima parte de lo generado por esas empresas, se queda en nómina, impuestos y servicio social.

La inversión extranjera está perjudicando hasta a los empresarios mexicanos, que perdidos en la creencia de que la libre empresa es la solución, no han visto que a ellos sólo les tocan las migajas.

La pobreza en México no es solamente de falta de trabajo y alimentación para los 50 millones de mexicanos pobres extremos, también está en la falta de sensibilidad de los altos mandos, de las clases pudientes, de los empresarios y sindicalistas, que no han visto a la sociedad a la que pertenecen como un todo, sino que se aíslan de ella para poder disfrutar de sus éxitos sin interferencia alguna.

Los programas asistencialistas no han tenido éxito en país alguno, desde que se inventaron.

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