México, su gran oportunidad
Margarito Escudero Luis
La propaganda ejercida durante casi un siglo quedó embarrada en los genes de varias generaciones de mexicanos, y a la mayoría de ellos les cuesta trabajo suponer siquiera que otra forma de existir, convivir y progresar, puedan existir.
Hay quienes se sienten huérfanos ante la pasada derrota electoral y suponen que los que llegan, trabajarán exactamente igual como lo hacían los derrotados.
Ese sistema de propaganda evitó que la imaginación de muchos ciudadanos se atrofiara y, cuando las cosas cambian, no saben qué hacer.
Por eso es triste ver que unos cuantos prefieren cantar a los cuatro vientos la derrota de sus preferidos, que mencionar el triunfo de los opositores, a los que negaron cualquier posibilidad.
En varios medios de comunicación, los analistas están muy preocupados por la forma como se tendrá que recomponer el partido derrotado, que por los buenos planes que traigan los vencedores, que al fin de cuentas, fue la mayoría ciudadana la que les dio la oportunidad.
Entonces puede ser que se trate que no se han dado cuenta del cambio inminente y prefieren seguir jugando como antes y al momento de que tomen posesión los triunfadores, seguramente quedarán fuera, o les costará más trabajo integrarse, o el veinte no les caerá nunca.
O tal vez sus compromisos son tan fuertes, que no pueden zafarse del perdedor que los arrastra en su caída.
Sin embargo, es claro que el compromiso debe ser con la ciudadanía que decidió cambiar, probar otras oportunidades, otras ideas, otras personas, porque el esquema actual ya no les satisface, perdió el rumbo, se corrompió hasta sus cimientos y de continuar así, dejaríamos de existir como país.
Si no lo quieren creer, por favor hagamos un recorrido sobre las reformas que impulsaron desde el actual y corrompido sistema.
LAS REFORMAS
La reforma energética hizo que se desmantelara Petróleos Mexicanos, la empresa estatal orgullo de México, líder en Latinoamérica y columna vertebral de la economía de este país.
Ahora, desde el punto de vista del sistema corrupto, derrotado en las urnas, es mejor que empresas extranjeras administren las riquezas mexicanas, considerando que los mexicanos somos inútiles e incapaces para ello; bueno… no todos, sólo los integrantes de ese corrompido grupo, pudieron adjudicarse algunos pedazos de lo que era Pemex.
De esa forma miles de trabajadores se quedan sin chamba, engañados y abandonados por sus dirigentes sindicales.
Lo mismo está sucediendo en el Seguro Social, en la Comisión Federal de Electricidad y también se está desmantelando el sistema educativo, único sector que está luchando por evitarlo.
Pero esa movilización de maestros, que fue satanizada desde los medios de comunicación, está logrando la promesa de campaña de “Mover a México”, avanzando por todo el país, ocupando el único camino que deja la sordera y ceguera oficial, la protesta callejera.
Y aún así, en sus estertores, la soberbia los hace más ciegos y niegan el derecho de la mayoría a ejercer su derecho soberano a cambiar la forma de gobierno.
EL CAMBIO
Dentro del arcaico sistema, en su afán por continuar existiendo, promovieron la llamada “superación personal”, tratados completos para mejorar la autoestima, donde siempre se enseñó que las crisis son la gran oportunidad de mejorar.
Entonces si comenzamos por decir la verdad verdadera al pueblo, seguramente esa confianza perdida se recuperaría, pero muchos ojos están puestos en la puerta que se cerró y no pueden ver las que están abriéndose.
Es el gran momento para refrendar nuestra mexicanidad, retomar la tradición patriótica, el orgullo de ser mexicanos capaces de poder llevar al país adelante y no aceptar el concepto que asegura que los extranjeros vienen a salvarnos.
La Historia nos enseña que cada vez que llegan los extranjeros, nos lleva la chingada.
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