3 de Octubre de 2024

Revelaciones

Pero aun así, insisten

Margarito Escudero Luis

El león cree que todos son de su condición. Frase certera y popular que plantea que hay personas que creen que el resto de los mortales son iguales a ellos.

Y suponen que los juegos de ahora seguirán jugándose de la misma forma como se ha hecho en los últimos tiempos y no quieren aceptar que su tiempo de juego terminó.

Es lamentable que se aferren a un modo de vida, de acción, modo que se gastó, que llevó a la sociedad al hartazgo y a que la gente en su conjunto tome decisiones que afectan la forma de hacer política.

Niegan toda posibilidad de que un ciudadano común pueda pensar, analizar y decidir en función de su propio bienestar y, a partir de ahí, encuentre que ha dejado responsabilidades muy importantes en manos de personas no preparadas, sin el perfil necesario, que finalmente llevaron a la sociedad completa a un estado de indefensión, de carestía, de inseguridad y que además, los encargados de velar por todo eso, se hagan de la vista gorda y permitan que el patrimonio de cientos de familias y las vidas de sus integrantes, estén en peligro.

Pero también olvidan que el instinto primario del individuo, es conservar la vida, en consecuencia actuará para defenderse y a sus descendientes. Es normal.

Entonces, ante esta situación que llegó a su límite, lo más normal, es que utilizando los medios a su alcance actúe para cambiar la situación que le afecta como individuo, coincidiendo esto con la mayoría de la comunidad.

Pero, si la gente ya demostró su rechazo a aquellos que quieren seguir en los cargos para los que ya no funcionan, resulta incomprensible que aún busquen el apoyo popular.

SEVERA PATOLOGÍA

¿Qué es lo que pasa por la mente de esas personas? Negarse a aceptar la realidad, puede tratarse de una patología mental que debe ser atendida a tiempo, antes de que ocurran cosas más graves que pongan en riesgo no solo la integridad física de quien lo padece, sino de aquellos quienes lo siguen y del resto de las personas que conviven en cercanía con los directamente afectados.

Para la mayoría, la situación que vive Veracruz y en general, la que persiste en la Nación entera, es inédita, muchos no sabemos cómo enfrentarla, sobre todo aquellos que llegaron a los cargos públicos sin trabajo político, por recomendaciones paternas o maternas, por amiguismos o compadrazgos, o por la efectividad en el fraude electoral.

Entonces, no hay compromiso con la base que supuestamente elige, no hay empatía con la sociedad que requiere de la intervención de esos personajes teóricamente electos.

Ahora que la gente reclama (y con justa razón) no hay nada de donde puedan agarrarse, que no sea la ley que está hecha a modo para proteger a los políticos en el poder y les asegura impunidad.

Pero finalmente, como se trata de la ley del más fuerte, pues esa gente ignorada, empobrecida, engañada, desairada, se unirá en torno a una causa común, que es el bienestar de cada uno de los individuos que la componen, e irá en contra de los que no hicieron su trabajo en el momento adecuado y esa mayoría, será la fuerza bruta que se requiere en este momento para cambiar definitivamente.

El poder tiene fecha de caducidad, todos los grupos poderosos han llegado a su fin, más tarde o más temprano, la hegemonía se pierde, llegan otras formas de hacer las cosas, otras personas que apaciguan el desastre, y son capaces de poner orden y paz.

Quienes ahora están, han demostrado incapacidad para ello y aún así insisten e insistirán en volver, porque “ahora sí” harán las cosas bien.

Actualmente estamos viendo patéticas historias de pérdida de poder, sus protagonistas tarde notan que la soberbia no sirve, que el autoritarismo se vuelve en contra y que la soledad es el peor castigo que se les pueda infringir.

Pero aun así insisten.                                   

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