2 de Octubre de 2024

PENSADORES Y FARSANTES

“VIVIR Y MORIR EN LA CIUDAD DE MUY POCOS”

HARTA TINTA DERRAMADA a golpes de repensar qué es esta ciudad sin sus habitantes, sin sus empresarios. SIN SUS políticos y odios abismales. QUÉ ES DE LO que fue durante casi 40 años de un crecimiento económico ininterrumpido que inexplicablemente no logró amalgamar una estructura de carácter antropológico para enfrentar los riesgos que la modernidad nos llevaría a lo que hoy se exhibe en notas periodísticas rojas, que solo presagian lo más que está por venir de aquí a quién sabe cuánto tiempo de esta escalada ruin y sacrílega de la autoridad de un crimen organizado incesante y avasallador.

LA PESTE POR LA CUAL CAMINAMOS en estos actos de asesinatos, robos, levantones. DE ESTA VIOLENCIA que va encerrando en pequeños círculos a toda una juventud y su generación que hoy no ve otra expectativa que salir pero huyendo de este Coatzacoalcos para no volver jamás, ANTES DE SER “reclutados” por esa maldad que deambula incesante en la adicción irremediable en la cual están terminando decenas de jóvenes que solo encuentra un objetivo común: tener, mantener, aspirar a existir con abultados billetes en sus carteras. BIEN FÁCIL EL ASUNTO; pero peor el remedio, que la enfermedad…

LA POBREZA Y DIEZ MIL VECES más la irremediable pobreza que comulga con la adicción y que gravita en cada círculo que se integra, cada vez que deserta por estas fechas un nutrido grupo de jóvenes que cumple entre los 16, 17, 18 o 19 años. EDAD QUE EMERGEN de todo, algunos por entrar a la Universidad, otros más vomitados de las aulas porque lo que llamaban “hogar”, ya no lo es. OYE CUCÚ PAPÁ… SE FUE, si acaso existió. SON LA GENERACIÓN acartonada y envueltos en la mascarada de la violencia. BEBEN A RABIAR para desquitar lo que les dieron y les quitaron. LO QUE LA NOVIA les negó y la “maña” está por darles. SABEN QUE TODAS las puertas están cerradas; que los sueños ya no están, que apenas y cruzan una banqueta para tener el pasaje del urbano que los lleve de nueva cuenta al territorio perdido y donde llevan el encargo de sobrevivir atracando en bandas, haciendo puntos para pasar a las otras ligas, la de secuestradores.

VIL INFAMIA DEL ACAPARAMIENTO y lucimiento de una riqueza y racismos propios de la colonia, donde “perrear” era sinónimo de soltarle al indígena los canes traídos de la madre patria para someterle, arrinconarle. Que no se subleve, que mire en su maldita miseria, el sentimiento de estar sometido irremediablemente a un destino manifiesto. LO QUE HOY LE PASA A Veracruz y Coatzacoalcos. Y a casi todo el país es la suma y respuesta del inmovilismo al cual nos han sometido las estructuras oligárquicas de los descendientes de aquellos señores encomenderos de la colonia. EL ÉXODO DE toda una generación de mexicanos a espacios como Canadá y Estados Unidos, duele en la derrota de un país que dejó de ser “la suave patria” de la que nos legó en ese poema, Ramón López Velarde.

¿QUÉ ES LO QUE ESTÁ PAGANDO LA CIUDAD? Lo dicho y comentado en entregas pasadas es que su clase política se agotó (como en otras ciudades) por la manifestación de cacicazgos, antes petroleros, hoy de grupos llegados con una rapiña obscena, que depredatoriamente vaciaron las arcas de los municipios. QUE NO EXISTIÓ LA VISIÓN, el nivel, la actitud. LA ÉTICA de ir formando el futuro que ya estaba inmediato en las visiones falsas de un nuevo boom petrolero que se agotó por el nuevo rumbo del mundo y sus nuevas reglas.

LES QUEDÓ CHICO el puerto y llegó por estos lares cada pusilánime personaje a hurgar entre la basura de su pasado, una extracción de la riqueza que era prioritaria para Coatzacoalcos y el asentamiento de una nueva sociedad. PERO LOS CACICAZGOS y la herencia retrograda son así. POPULISMOS trasnochados y el incomparable culto a la personalidad del amo en turno. INCULTOS, perversos y subdesarrollados personajes que saquearon, paralizaron y lo peor: DECRETARON entre la sociedad, la inmoralidad de su origen, la forma de conseguir el poder político y económico, entre ese fin que justificaba todas sus aberraciones y latrocinios.

CARENTES DE ALGUNA MORAL O DECENCIA, menospreciaron lo que era herencia pasada de un puerto-ciudad enmarcado con el trazo y la modernidad del europeo anglosajón; prefirieron en su mundo oscuro, rendirle tributo a la bagatela y carentes del falso gentilicio venido de fuera. COMPRARON a los que se vendieron. Y ANTE LA FALTA DE escrúpulos, se han enfrascado a puñaladas traperas para usurparle el futuro a Coatzacoalcos.

LO QUE LE OCURRE a la ciudad y puerto no les duele ni mucho menos lastima; lo que más apremia es instalarse en el sitio de confort y vanidad que les ha permitido ejercer todos los pecados y abusos disponibles. SON LA MEDIANÍA de la historia cruel de la ciudad enajenada en su parte más obscura por la mediocridad expresada en el abuso cotidiano de un trienio o cuatrienio. HOY RONDA UNA violencia que viene de afuera, pero germina desde adentro. UNA CIUDAD que aporta la mano de obra diaria para delinquir impunemente y el castigo es seguir creyendo que estos cárteles políticos son nuestra salvación. YA DIERON lo que pudieron dar. Pero siguen empecinados que el poder les llegó por mandato divino. PERO EL DAÑO ESTÁ HECHO; allá todos los porteños, los que llegaron y se fueron, si los seguimos ofreciendo en las urnas como ese cáncer que se tiene que llevar al temor de morirnos si lo extirpamos antes de tiempo…

ESTE COATZACOALCOS de todas las infamias languidece, está en los estertores de una anunciada agonía. YA NO HABRÁ MÁS Boom petrolero; ha comenzado un nuevo orden mundial y hay imbéciles que le quieren gobernar todavía, como si fuera aldea de Tlatoanis o señores feudales. SOLO BASTA verles el rostro y las manos para convencernos; señores que no saben ni cortarse las uñas de los pies.