LOS HECHOS ocurridos en menos de una semana en la región, dibujan por sí solo el grado de indefensión de la ciudadanía y la forma en que la delincuencia ha sembrado sus reales:
Un taxista ejecutado este lunes al medio en Acayucan. En Nanchital encontraron a un hombre asesinado en un parque ecológico. En menos de una semana, dos jóvenes han sido asesinados en la avenida Revolución, una de las más céntricas de Coatzacoalcos.
En Las Choapas asesinan a tres personas, entre ellos a otro líder de la CTM. En Minatitlán, un ciudadano se defiende matando a un delincuente en la sala de su hogar. Corre fuerte el rumor de que el Obispo fue secuestrado. Se maneja la versión de que un ex candidato suplente a la diputación local abandonó la ciudad acosado por el crimen organizado.
En Las Gaviotas se han encontrado dos casas de seguridad en menos de 72 horas. En la colonia Vistalmar descubrieron dos cadáveres, el de un trabajador petrolero y el de un microempresario, quienes fueron secuestrados, torturados y asesinados, pese a que sus familiares pagaron los rescates.
Un hombre fue ejecutado recientemente en la colonia Santa Rosa de Coatzacoalcos. En Huazuntlán asesinaron a balazos a un hombre en el estacionamiento de un hospital.
Mientras en Minatitlán un chatarrero fue secuestrado, en Coatzacoalcos un comando levantó a otro empresario en la colonia Las Américas. No se sabe nada de ellos.
En Acayucan, un joven de apenas 24 años se resistió a un asalto y fue asesinado a mansalva. El cuerpo de un desconocido fue encontrado putrefacto en el tramo Nuevo Teapa.
Y PESE a que Greenpeace anunció que más de 50 sustancias tóxicas permean el ambiente, el río y las playas de Coatzacoalcos, decenas de pescadores continúan ejerciendo este milenario oficio en nuestras costas.
Lo mismo se pesca mojarra, jaiba, que bagre, bandera, lisa y hasta mantarrayas. Históricamente en Coatzacoalcos, pescar ha sido uno de los oficios que contribuye al sustento familiar. Mucha gente vive de los pescados que pueden comerciar en el mercado de mariscos o entre sus vecinos.
El problema es que ahora la calidad del pescado está en duda, luego de la advertencia recientemente lanzada por los ambientalistas, aunque desde hace más de 30 años las playas de Coatzacoalcos son vertederos de aguas negras y el río Coatzacoalcos figuró en su momento como uno de los más contaminados del mundo.
Mención aparte merecen los desechos de los complejos petroquímicos, como el caso del Morelos, que vierte sustancias tóxicas en un arroyo de la zona rural y está causando la muerte del ganado.
Y por si fuera poco, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), diezmada en su personal, solo dispone de un inspector para monitorear a todo el corredor industrial de la zona.
