2 de Octubre de 2024

LAS CHOAPOLÍTICAS

JUAN MANUEL JIMÉNEZ GARCÍA.

EL PRI MUNICIPAL…¿MUERTO?

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) de Las Choapas está herido de muerte y no hay un alma que se apiade, que trate de ayudarlo, que lo visite en su lecho de muerte, está olvidado, se ha quedado solo, agoniza lentamente ante la mirada de algunos incrédulos todavía que tienen la esperanza de una resurrección.

Al menos aquí en este municipio no creo que el PRI esté en la jugada al menos durante dos años que serán las elecciones presidenciales, y eso con el riesgo que le vuelvan a colocar una madriza como el pasado 5 de junio, pero qué es lo que pasó con el otrora Partido grande de México, el invisible, el de la dictadura perfecta…

Desde luego que hay varias causas que nos faltaría espacio en este medio para explicarlo, pero hay una que es lo que detonó la bomba que está a punto de consumir a este instituto político: y lo explicaremos en ámbito local, porque en algunas partes del estado todavía tienen chance de pelear por algo.

El problema del PRI aquí es falta de visión política de sus últimos presidentes que ha tenido, y que solo han servidos como títeres de los gobiernos en turno, sin voz ni voto, que se conformaban con algunas dádivas o migajas que les caía de la mesa de los señores que gobernaban al partido, fueron perdiendo protagonismo a tal grado de vender las candidaturas al mejor postor.

En los últimos años los candidatos del PRI no estaban saliendo por consensos de las bases, de las estructuras, sino hay que recordar cómo el sindicato petrolero de la Sección 26 en la década de los 80 y parte de los 90, cuando el boom petrolero estaba en todo su esplendor, ponían o quitaban presidentes municipales a su antojo.

Cuando los petroleros perdieron fuerza, surgió el sector de los maestros que prácticamente ocuparon los puestos claves del partido y con ello la oportunidad de elegir a su candidato, nunca una candidatura ciudadana, nunca una candidatura de las bases y estructuras, para ellos el título de borregos era el adecuado.

Contaban más las amistades que se tenía en Xalapa que el trabajo desarrollado en las comunidades, la capital del estado donde a través de negociaciones y como una ley feudal se ordenaba desde tan lejos poner un candidato a modo que serviría a los intereses de unos cuantos privilegiados.

Fue así que el PRI fue poco a poco perdiendo esencia, fue perdiendo las causas sociales, alejándose de sus principios por lo cual fue creado, hoy es increíble que un partido tan importante no tenga unas oficinas donde pueda atender a todos sus militantes, hoy brillan por su ausencia aquellos priistas que defendían al partido a capa y espada…hoy se les olvidó lo institucional.

La pregunta que todos los políticos se hacen en este momento en el municipio es la siguiente; ¿habrá alguien que participe por el PRI? lo veo difícil pero tiene que ser un personaje que su figura sobrepase las siglas del PRI, es decir que la persona sea lo más importante y no el partido, candidatos hay muchos pero tiene que ser un valiente para asumir este reto.

Para nadie es un secreto que todo lo que se relacione a este partido en este momento huele a podrido (por no decir a estiércol), la gente en verdad y no solo es una frase acuñada en las campañas no quiere saber nada del PRI, y lo malo para este instituto la gente ya se dio cuenta cómo derrotarlo.

El próximo candidato del PRI para las elecciones del próximo año cuando se elegirá a presidente municipal, tiene que estar un poco loco, ya que no solo puede perder la contienda sino también el prestigio y su dinero, no hay forma de revertir esta tendencia del hastío ciudadano a estas siglas y todo lo que representa.

Claro que el PRI está herido de muerte y si las cosas siguen como van, Peña, Duarte y la indiferencia de muchos priistas choapenses le estarían clavando los últimos clavos a su ataúd…y sino al tiempo.

LA DELINCUENCIA SE ACABA A NUESTROS JÓVENES

El pasado sábado, tres jóvenes fueron acribillados en la colonia La Aviación, los detalles usted querido lector ya los sabe, por ese motivo no entraré en ese tema, lo que sí preocupa y debe movernos a realizar un análisis como sociedad es en dónde estamos fallando, porque aquí nadie se salva y todos de una manera u otra somos responsables de la violencia.

Para empezar revelaré un dato que la mayoría hemos pasado por alto; los jóvenes que están reclutando los grupos de la delincuencia organizada no pasan de 35 años, algunos inclusive son menores de edad, estos son usados como carne de cañón, no reciben sueldo y lo preocupante es que son considerados desechables, es decir inmediatamente muere, su lugar es ocupado por otro joven.

Preocupa la fragilidad de estos jóvenes para ser seducidos por el sueño de convertirse en un zar de las drogas, cosa que nunca pasará porque al igual que en la política, esos puestos están reservados para solo algunos, le venden con la droga la fantasía de ser un Chapo Guzmán o un Caro Quintero, y con estas trampas caen en las garras de estos grupos, el mensaje es claro: entras pero ya no puedes salir.

También debe preocuparnos que ya no sean solo jóvenes de familias disfuncionales, el problema se agrava porque los delincuentes están buscando discípulos preparados académicamente y con el perfil de chico bueno para despistar a las autoridades que regularmente buscan personas encasilladas en estas actividades.

Pero no solo son los jóvenes que son reclutados, en la mayoría de los casos por inercia también se involucra a la novia, esposa o amiga y que corren el peligro de ser víctimas de daño colateral, recrudeciendo el problema y extendiéndose a vínculos familiares donde regularmente los más afectados son los hijos.

Desde luego que el asunto pasa por oportunidades de empleo, la crisis económica es suelo fértil para que los jóvenes que buscan subsistir terminen trabajando para el crimen organizado, es responsabilidad compartida y sacudirnos la indiferencia ante los hechos, dejar de lado la criminalización que de inmediato se la da a estas víctimas.