19 de Noviembre de 2024

No les importa el torero… no les importa el toro

Lucy Martínez

 

“En las apretadas gradas se alinean los expertos. Llena a rebosar la enorme plaza.

Pero solo hay un auténtico conocedor y es el hombre que se enfrenta al toro”

John F. Kennedy

“Si no luchas, ten al menos la decencia de respetar a quienes sí lo hacen”

José Martí

Todos en la vida caminan con bandera de expertos; o al menos eso es lo que piensan, pero la verdad es que no les importa el torero, no les importa el toro...

Dan consejos, opinan y creen tener la razón en todo, se confunden y confunden a los demás, con tantas y tantas voces que dicen lo que debemos hacer, cómo debemos actuar en la vida, por dónde debemos pasar y por dónde no.

Hay críticos del cine y nunca han hecho una película.

Hay críticos del espectáculo y nunca han hecho ningún papel estelar.

Hay críticos en la religión y nunca se han acercado a Dios.

Hay críticos del altruismo y nunca han ayudado a nadie.

Hay críticos en la política y nunca han estado ahí.

Hay críticos en la vida y nunca han vivido lo que algunos hemos vivido.

Así es la vida...

La mayoría de la gente está en las gradas, observando, la adrenalina corre por las venas, no les importa el torero, no les importa el toro.

Qué espectáculo tan cruel y sensacionalista: unos haciendo sus apuestas, otros gritando emocionados con la euforia en los pulmones; otros indiferentes, solo están ahí.

No les importa el torero, no les importa el toro. En el ambiente se respira una sensación extraña, para muchos emocionante, que pronto resultará sangre, heridas o incluso en muerte.

Todos opinan, pero están en las gradas, no han tenido el valor de enfrentarse al toro, a las vicisitudes de la vida.

Es como cuando un agente de viajes te sugiere ir a tal o cual destino, tu aceptas ir a la aventura a un lugar donde nunca has ido, estás emocionado de emprender nuevos horizontes.

El agente de viajes te guía, te dice el avión que tomarás, la hora en que saldrá, la conexión que continúa, qué hacer cuando llegues al aeropuerto, qué taxi tomar, el nombre del hotel de tu destino, la habitación, el pronóstico del clima, incluso te recomienda algunos restaurantes y lugares especiales que debes conocer. Pero el agente de viajes nunca ha tomado esos vuelos, no ha ido a ese lugar, es más ni siquiera ha probado la gastronomía del lugar, pero con toda seguridad te dice lo que tienes que hacer, pero él nunca ha estado ahí.

Lo mismo sucede en la vida, la gente siempre te dirá qué hacer y no solo esos serán los críticos expertos en la vida, aunque nunca hayan vivido lo que tú has vivido, nunca han pasado por esa ruta, no conocen el camino.

Pero solo los que realmente han pasado por todas esas rutas que hoy estás experimentando siempre tendrán una palabra de consejo y de aliento y con seguridad te dirán cómo salieron adelante, y no solo eso ¡Te ayudarán a llegar a tu destino!

Dios al hacerse hombre pudo sentir en carne propia las tempestades de la vida, el dolor físico y emocional que esta causa.

Era un buen torero con muchos espectadores: unos lo apoyaban y otros lo perseguían, pero al final ganó.

Si estás en las gradas nunca opines de algo que no sabes, y menos si no has tenido el valor de estar frente al toro y de ver sus ojos clavados en ti, pero algo sí es seguro, es mejor que te enfrentes a él frente a frente, a ser de los cobardes que solo opinan pero no hacen nada.

Escucharás abucheos, otros serán indiferentes, otros te aplaudirán, pero al final te quedas con la satisfacción de haber enfrentado al toro cara a cara, eso no lo hace cualquiera.

Solo hay un auténtico conocedor, y es el que se enfrenta al toro.