2 de Octubre de 2024

Las olimpiadas en internet

Alberto Aziz Nassif

La Olimpiada de Río de Janeiro 2016 empezó con una ceremonia espléndida, expresó a un Brasil que se ha formado de varias migraciones, con un componente indígena y una expresión de respeto a la naturaleza. A pesar de que afuera del estadio de Maracaná hubo protestas y adentro hubo gritos en contra de Temer, la dinámica olímpica llenó el espacio de transmisión y por un momento se logró una celebración global y pacífica. Una novedad importante fue la delegación de refugiados que desfiló en el estadio.

La crisis de Brasil quedó suspendida en la fiesta olímpica y el espectáculo mostró las fortalezas de un país multicultural, lleno de color, con una partitura musical de bossa nova, la fiesta de la samba y el carnaval. El gigante sudamericano mostró al mundo su cultura, sus selvas y sus ciudades. Si Brasil puso la sede y los contenidos, la tecnología hizo el resto. Otra de las novedades más destacadas es, sin duda, la plataforma para conectarse mediante internet y ver esta Olimpiada, la del streaming.

En México, la capacidad económica de Carlos Slim y América Móvil compró los derechos de transmisión olímpica y los canalizaron de forma gratuita a dos canales culturales, el Canal Once y el Canal 22 (Reporte Índigo, 5/VIII/2016). Desde que se transmiten por televisión los juegos olímpicos en el país, es decir, desde la XIX Olimpiada México 68, se ha hecho mediante las grandes cadenas de televisión. En esta ocasión, además de la plataforma de internet Clarosports.com y de la televisión pública, se ven en dos canales de la televisión de paga, ESPN y Fox Sports. Cualquier persona se puede conectar en celular, tableta o computadora; la selección, el horario y el aparato los decide el espectador y no la televisora, por eso la olimpiada de Río será la primera en donde las redes sociales sean fundamentales.

América Móvil le provocó a Televisa y a TV Azteca un fuerte golpe económico que representa el gran negocio de la máxima competencia deportiva del mundo. Los equipos y programas del duopolio televisivo son ahora cosa del pasado. Según la revista Forbes se estima que la pérdida por publicidad para el duopolio será de 847 millones de pesos (Reporte Índigo, 5/VIII/2016).

Estas olimpiadas en internet y en los canales culturales nos dejan una muestra de algunos cambios que pueden darse en México. Si esperamos que cambien las reglas del juego de la concentración mediática, tendremos que sentarnos porque tardará; la última reforma no lo logró. En cambio, lo que tenemos con las nuevas tecnologías es el cambio del juego. La estrategia de Slim fue para ganar terreno en los espacios de la televisión y posicionar a sus marcas, como Claro Sports, cambió el escenario y dejó fuera al poderoso duopolio que era el rey de la pantalla chica. Algo similar podría suceder con la propaganda mediática de los partidos y las elecciones. Cada vez son más las voces que insisten en la necesidad de cambiar el modelo de la enorme spotización en la que estamos instalados, pero no sucede nada. Así que para el 2018 es probable que las redes sociales serán una alternativa, una plataforma a través de la cual se construirán las nuevas versiones de la competencia política. Otra vez será mediante un cambio de juego y no con una modificación de las reglas existentes. De hecho, ya se ha empezado a hacer en otros países, en donde las estructuras mediáticas tradicionales se quedan descolocadas porque es en las redes donde están los debates y se plantean las agendas. También la tecnología del streaming ha generado nuevas formas de ver televisión. Uno de los casos emblemáticos ha sido el de Netflix, que ha modificado gustos y formas de ver la televisión. Millones de espectadores en el mundo tienen acceso mediante una mensualidad relativamente económica. La televisión de paga ha dejado de ser un lujo.

Como ha sido desde el 5 de agosto y hasta el 21, la fiesta olímpica de Río de Janeiro marchará de forma paralela a la crisis de Brasil. En estos días sabremos cuál es el destino de Dilma Rousseff, si regresa o queda fuera. La Olimpiada de 2016 será un ejemplo de cómo la tecnología cambió la forma de ver la máxima competencia deportiva…

Twitter: @AzizNassif

(Investigador del CIESAS)