Margarita Zavala
Todavía tenemos oportunidad de medallas para México en estas Olimpiadas de Río 2016. Todavía faltan algunas disciplinas, pero más allá de las medallas que –espero— obtengamos, propongo imaginarnos algo.
Se trata de un ejercicio de prospectiva y pensemos en este resultado: “En los Juegos Olímpicos de 2024, hay por lo menos 10 medallas para atletas mexicanos, 3 de ellas de oro, ello coloca a nuestro país en los primeros 25 lugares del medallero mundial”. Imaginemos el artículo periodístico respondiendo a la pregunta: “¿Cómo logró México este salto tan importante en su deporte?”. Y la respuesta:
Desde 2016 (o 17, o 18), la política del deporte en México comenzó a transformarse en algunos puntos importantes. Grupos de especialistas nacionales y extranjeros recorren las escuelas, buscando entre los estudiantes a aquellos que tienen el potencial para lograr metas deportivas. Las universidades, escuelas públicas y privadas ofrecen becas completas para los jóvenes que destacan en deportes y dedican 5% de su presupuesto a financiar equipos escolares de alto rendimiento. El sector privado acompañó este esfuerzo con estímulos para los potenciales atletas estudiantiles, patrocinando viajes de entrenamiento y competencias.
Se realizaron campamentos intensivos en el extranjero. Muchos de esos atletas no sólo van a competir por México, sino que se convertirán con el tiempo en la base de un cuadro competente de entrenadores nacionales. Así, México tiene jóvenes entrenando gimnasia en Estados Unidos, clavados en China, ciclismo de pista en el Reino Unido y así en otros países. Todos ellos cuentan con soporte económico, entrenamiento físico y acompañamiento psicológico para consolidar una mentalidad orientada al éxito.
El gobierno también hace lo que le corresponde. No sólo aumentó el monto de los recursos destinados al deporte, sino que se transparentó para revisar que cada peso se destinó a las prioridades reales: entrenamiento, cuidado médico y psicológico y mejora permanente de las instalaciones deportivas. Sin corrupción, la situación mejoró radicalmente. La Comisión Nacional del Deporte intervino en el deporte escolar para coordinar los intereses del país; se convirtió en la articuladora de una política deportiva integral de largo aliento y por supuesto con la inclusión del deporte para personas con discapacidad.
Se hicieron parques y centros deportivos, generando con creatividad modelos de negocios para promover el deporte masivo logrando que se evitara el crecimiento de la obesidad y la diabetes.
México se dio cuenta de lo importante que es un entrenador para la vida de un joven deportista. Es decir, en el sistema del deporte también se puso en el centro a los entrenadores deportivos dándoles dignidad y generando una carrera que permite alcanzar metas y dar incentivos suficientes para que se dediquen a la enseñanza deportiva, sobre todo los más especializados.
La detección de talentos se hizo posible gracias a la participación de la gente que comenzó a señalar al hijo del vecino, al compañero de la escuela, al sobrino, al amigo que es destacado en el deporte a nivel escolar. La gente comprendió que el hecho de que los mexicanos nos apoyemos unos a otros es fundamental para crear un ambiente en el que los niños y jóvenes sienten que pueden alcanzar sus metas. Así fue como México comenzó a despuntar en el deporte olímpico. Por fin se cree que esto es posible.
¿Suena fantasioso? No para mí. Nuestro país es la onceava economía del mundo, sede de muchas empresas exitosas, así que recursos hay. Tenemos una población de más de 112 millones de personas, mayoritariamente jóvenes. Así que juventud, talento y energía los hay, y de sobra. Entonces, ¿qué tenemos que hacer para que esta historia de 2024 sea una realidad?
Te invito a que entres a www.yoconmexico.org y participes. Manda tus propuestas, para mejorar el deporte en México. Juntos, podemos escribir una historia diferente para el deporte nacional.