Piden silencio mientras los muertos gritan
Margarito Escudero Luis
Con la intervención de la iglesia católica en la multi mencionada marcha empresarial, la concurrencia estaría garantizada si el miedo no decide lo contrario.
El “grito desesperado” que menciona el obispo, hasta ahora es escuchado, porque en los años anteriores las súplicas sociales no las escuchaba nadie.
Ahora que las fuerzas políticas se acomodan de diferente manera, resulta que hasta el cabildo en pleno participaría en la marcha, según lo declaró el mismo alcalde, aunque momentos después, casi se desdijera.
El caso es que hasta ahora hay voluntad para participar en una movilización popular. Habían olvidado que existe el pueblo que finalmente es quien los mantiene en los cargos que ostentan.
Se espera entonces que la citada marcha sea realmente multitudinaria, esforzándose los organizadores porque sea “apolítica”.
No quieren que personajes de la política encabecen la manifestación, para que no se adornen, pero alguien tendrá que ir a la vanguardia y tal vez sean los mismos empresarios junto con los líderes de la iglesia.
Tal vez no asistan quienes han sido víctimas, personas que han sufrido en carne propia la crueldad de la violencia, los que han perdido al padre, al hijo, a algún pariente o amigo.
Ellos ya no tienen a qué ir, a menos que quieran solidarizarse de verdad con los demás.
Esa movilización debe ser del pueblo, porque no le queda de otra a la gente que ha sido abandonada a su suerte por sus autoridades.
EL DIPUTADO
Hasta ahora aparece también el diputado Gonzalo Guízar Valladares, del Partido Encuentro Social, reclamando al secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, seguridad para Coatzacoalcos.
El caso es que Osorio Chong le pidió que exija también a las autoridades locales.
Así que en este momento deberían de reclamarse entre cuates, pues el diputado salió del mismo establo priista.
Está claro que esta camada de políticos no se preparó para enfrentar la terrible situación que padece la ciudadanía veracruzana y hasta pareciera que tienen compromisos que les obligan a permanecer callados.
Los resultados electorales, por un lado y la presión de la delincuencia por otro, los puso contra la pared, quedaron pasmados y están reaccionando tardíamente a las exigencias populares, una de sus obligaciones que dejaron en el olvido.
Pero la soberbia que genera pertenecer a un grupo poderoso, los llevó a permanecer sordos a los reclamos de la gente y, peor aún, a no atender las voces que proponían soluciones.
Las propuestas propias no fueron atendidas por las autoridades del más alto nivel; ni la Gendarmería, ni ninguna otra fuerza federal será enviada a Veracruz, menos a Coatzacoalcos.
Muy tardía tal vez la petición, porque cuando la ofreció el gobierno Federal, aquí se negaron a recibirla y así, se firmó el destino de los secuestrados, desaparecidos y asesinados.
Ahora le toca a la gente demostrar su poder, cada individuo decidirá si quiere permanecer en silencio, mientras los muertos gritan.
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