2 de Octubre de 2024

Revelaciones

De la conspiración a la simple tradición

Margarito Escudero Luis

Decidieron conspirar, decidieron esconderse para planificar las estrategias a seguir, decidieron luchar, pelear aún en desventaja, pero era mejor que seguir en una vida de esclavitud al servicio de poderes extranjeros.

Así, en la seguridad que da el clandestinaje, un grupo de inconformes con su situación, buscaban la forma de liberarse del opresor, de impedir que las riquezas generadas en su tierra, salieran para dar más poder a un imperio extranjero.

Cuestión de principios y valor, de decisión y espíritu de lucha, de valentía, pues sabían que el poderoso no se quedaría quieto para permitir que osaran atacarlo.

Pero no faltan los chismosos, aquellos que por contar con pedazo de favor, son capaces de vender su alma al diablo y, de esa forma llevaron ante sus amos, la información del complot contra el imperio.

Así que no hubo de otra, más que abrirse de capa, de tomar las calles, de llamar al pueblo, de arengar a la lucha y, aunque pidieron que fuera pacífica, nada pudo detener la ira popular contenida por muchos años.

Dicen que les avisaron, por eso les dio tiempo de ponerse más o menos a salvo, en ese tiempo, hubo un sacerdote católico que apoyaba la lucha del pueblo oprimido, fue al primero que detuvieron las fuerzas represoras y como para dar un escarmiento a la plebe levantada en armas, lo fusilaron y le cortaron la cabeza, así como hacen ahora los llamados delincuentes organizados.

Pero el escarmiento no llegó, la gente siguió su lucha hasta ver caer a quienes representaban al gobierno extranjero, lograron expulsarlo y así dieron paso al nacimiento de una nueva nación.

Eso sucedió hace más de 200 años, sin internet, menos redes sociales, los cuasi mexicanos se organizaron para sacar a los españoles de este territorio, sin tanques ni armas de alto poder, enfrentaron a uno de los ejércitos conquistadores más poderosos de la época.

Pasaron ya más de 200 septiembres, tiempo en el que se desarrollaron valores, lenguajes, tradiciones, idiosincrasia y se comenzó a distinguir a esta nueva ciudadanía en el resto del mundo y a ganar respeto ya como mexicanos.

A dos siglos de distancia, ahora es solamente una tradición salir a festejar dar “el grito” en voz de personajes cada vez más hipócritas con la patria que los mantiene, cada vez más lejos de aquellos principios que dieron sustento a lo que hoy somos y cada vez más entregados a los mismos extranjeros que una vez fueron expulsados de este terreno.

Controlando a las masas en un tiempo donde la ciencia y la tecnología deberían proveer hombres y mujeres cada vez más libres y conscientes.

Son las aberraciones históricas que suceden cada determinado tiempo, pero afortunadamente no son eternos, tienen fecha de caducidad por más que se aferren, por más que mientan, por más que maten.

Hoy las guerras no son como en aquella época de conspiración, pero las técnicas de los dominantes son muy parecidas, porque a quienes hoy llamamos Héroes de la Patria, el gobierno los llamó “locos”, “bandoleros”, “delincuentes”.

Los persiguió, torturó y asesinó, pero la mecha estaba encendida y la paciencia agotada, nada detuvo el frenesí por la libertad, hasta que se fueron los extranjeros.

PASÓ EL TIEMPO

En pleno mes de la Patria, Septiembre esperado por muchos para hacer una especie de intento para reivindicarse con el país del que durante el resto del año se olvidan.

Y convertimos el festejo nacional en solamente una tradición, para que siempre parezca una celebración y no un recordatorio de aquellas personas que, sin ser mexicanos aún, lucharon contra un poderoso imperio para provocar el nacimiento de lo que hoy conocemos como México.

Pero a un poco más de 200 años de distancia, esa lucha se ve muy lejana y fácil, no tomamos en cuenta a los muertos y los heroicos esfuerzos por acabar con aquel régimen que esclavizaba y reprimía.

Hoy, a quienes se atreven a disentir siguen llamándolos “locos”, “bandoleros”, “delincuentes” y son perseguidos, torturados y asesinados.

Tal vez, dentro de 200 años, si es que aún se llama México esta tierra, se recuerden a quien han dejado su vida con la idea de contar con un mejor país.

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