César Camacho
Con sentido de responsabilidad, los diputados del PRI protegeremos la economía de las familias mexicanas aprobando un presupuesto responsable, que impida incrementar la deuda pública y no permita contratar empréstitos para el pago de intereses, elaborado con sensibilidad social, que no cree nuevos impuestos ni incremente los que ya existen; que simplifique los trámites para los contribuyentes; que promueva la inversión en ciencia y tecnología; que “apriete el cinturón” del gobierno federal, no de las familias, mediante un recorte al gasto público, preservando las grandes inversiones que ya están en curso y manteniendo el impulso al gasto social prioritario.
No obstante la reducción general del gasto, se promoverá el desarrollo regional, pues los estados y los municipios del país verán incrementadas las participaciones y aportaciones que reciben del gobierno federal, con lo cual podrán hacer frente a sus responsabilidades.
Es importante agregar que el presupuesto que ha presentado el Ejecutivo federal es estructuralmente nuevo, dado que promueve un superávit primario; es decir, no nos estamos endeudando para pagar los intereses. Esta propuesta, formulada a partir de supuestos reales y prudentes, contribuirá a preservar la estabilidad macroeconómica, evitando la demagogia de los que, de un lado, piden suprimir impuestos pero no lo hicieron cuando gobernaron y, del otro, quienes irreflexivamente exigen elevar el gasto.
Puesto que uno de los aspectos fundamentales de la economía nacional y de la defensa de las finanzas familiares, es la baja inflación que el actual gobierno ha tenido el talento de alcanzar, es importante subrayar que el presupuesto que analizamos, prevé dicha tasa baja y estable del 3%.
No obstante la drástica reducción del precio de petróleo en el mercado mundial, las autoridades tuvieron el acierto de contratar coberturas; es decir, de asegurar la venta de nuestro hidrocarburo a un precio incluso mayor que el actual, de 42 dólares por barril, lo cual desde ahora brinda certeza a nuestras finanzas públicas.
Facilita la flexibilización del mercado de las gasolinas y del diésel, de forma gradual y ordenada, lo que permitirá que se vaya generando la competencia en este mercado; con lo que México podrá estar a la par de la mayoría de los países miembros de la OCDE y de América Latina.
En suma, con el presupuesto habremos de proteger la economía de las familias mexicanas; y el poder público habrá de dar mejores resultados con menos recursos, actuando con responsabilidad y sirviendo más a quienes menos tienen.
Coordinador de los diputados del PRI