Para no perder el poder
Margarito Escudero Luis
Se atribuye al secretario de gobierno, Flavino Ríos Alvarado, la versión que afirma la no llegada de Miguel Ángel Yunes Linares a su toma de posesión el 1 de diciembre, y por lo tanto, los diputados priistas deberían estar atentos para nombrar un gobernador sustituto.
¿Por qué lo dijo? ¿Qué sabe Ríos Alvarado?, ¿Qué se prepara para evitar que alguien que no sea del PRI asuma la gubernatura en Veracruz?
Dicen que cuando el río suena, es porque piedras lleva. Y en este caso el Ríos sonó fuerte, luego que todos los veracruzanos sabemos de las condiciones que prevalecen en la entidad, de la llegada de un gobierno diferente al partido que había mantenido el poder durante 80 años que además, deja en la indefensión a todo el aparato que gobernó en estos últimos años.
Pero algo se está gestando desde las alturas, un golpe que resuelve de una vez por todas, el trágico problema político que padece el partido tricolor, pues la entidad veracruzana es un reservorio de votos que influye en el resultado final de una elección y, si los veracruzanos ya no están en el ánimo de votar por más de lo mismo, peligra el triunfo priista en el 2018.
Así que fácilmente no pueden dejar que lleguen los intereses de otro partido a la cabeza del gobierno veracruzano, menos que las posibilidades de negociación están cerradas, que se debe aplicar la ley para enderezar el rumbo del estado, pero también deben estar agradecidos con todos los favores políticos que se han hecho para conservar el gobierno nacional.
Lo cierto es que el funcionarato veracruzano está aterrado ante la posibilidad, no sólo de perder el hueso y la posibilidad de volver a conseguirlo, sino de que sean perseguidos y alcanzados por la justicia que debe prevalecer para mantener el estado de derecho.
Entonces, ¿Cómo resolver la situación? Es la duda que en el equipo de Yunes Linares se debe buscar la respuesta, porque lo presuntamente dicho por el secretario de Gobierno, debe tener mucho de verdad, más allá de una fanfarronada que no cabe en los momentos difíciles que están viviendo los que han vivido del gobierno de Veracruz.
ENVICIADOS DE PODER
Los hombres (y mujeres) del poder, acostumbrados al poder, no pueden vivir sin él, peor si se les es arrebatado en una elección popular. Es peor que si se les arrancara un brazo o una pierna, es parte de su personalidad, sin el poder no son nada, son menos que cualquier ciudadano común.
Ya no queda mucho tiempo y, si el equipo del gobernador electo no encuentra la respuesta y el antídoto a la grave amenaza, los veracruzanos estaremos viviendo otro terrible episodio de la historia de nuestro estado, mostrándonos ante el concierto nacional e internacional con todos nuestros conflictos.
Si hay elementos para mandar a la cárcel a uno, también los hay para mandar al otro, y puede que esa sea la solución que se esté gestando en la cúpula del poder nacional, alterando todo el proceso definido por la ciudadanía.
De esa forma, el gobierno priista demostraría una vez más que no respetará la decisión ciudadana, si esta afecta de manera grave sus intereses.
Y la muestra está en la permisión de dos gobiernos panistas, que fueron soportados pues no afectaron en nada la estructura de poder, gobernaron con la misma y demostraron ser lo mismo.
Mientras tanto, los diputados priistas deberán seguir la instrucción de su secretario de gobierno, prepararse para nombrar un gobernador sustituto, porque no dejarán que Miguel Ángel Yunes Linares llegue.
AUNQUE ME MATEN
Hay otro elemento que no se debe dejar pasar, la amenaza pública de César del Ángel, el líder de los 400 Pueblos, quien dijo que aunque lo maten, no dejará que Yunes Linares llegue al poder.
Lo que es el miedo a perder grandes e insultantes privilegios, el individuo en esa posición es capaz de cualquier cosa, “aunque me maten” y también es capaz de guardar cómplice silencio, mientras las cosas están bien, porque cuando el barco comienza a hundirse, se desmarcan, abandonan y señalan, como es el caso de Carlos Brito, quien declaró que él no quería que Fidel Herrera fuera candidato y que está muy arrepentido de haberlo apoyado.
A toro pasado, ya para qué.
Mientras tanto, nos gustaría saber quiénes son los cinco diputados priistas que ya pactaron con el gobernador electo, asegurando Yunes Linares (si es que llega), una mayoría simple en el Congreso local.
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