Prevenir para no lamentar
Margarito Escudero Luis
El tema de la inseguridad en el municipio no debe soslayarse por nadie, todos estamos expuestos a sufrir cualquier atentado, ya sea en la integridad física o en el patrimonio.
Lamentamos todo lo que les ha sucedido a otras personas que han tenido la desgracia de padecer la crueldad de los delincuentes y la pasividad oficial, pero no hemos hecho la empatía suficiente para entender que puede sucederle a cualquiera, en cualquier lugar y a cualquier hora.
Las agrupaciones sociales no han dicho nada, sólo los empresarios agrupados en las Cámaras han salido a intentar resolver el problema, pero sus propuestas no han calado lo suficiente ni en la ciudadanía, ni en las autoridades.
Pero otras agrupaciones que aglutinan en sus filas un gran número de personas, no han salido a la palestra a aportar ni siquiera ideas, como las asociaciones sindicales o religiosas.
Ni los grupos que se han visto directamente atacados por los grupos delincuenciales, han tenido el valor de reclamar la seguridad que por derecho les corresponde.
Apenas los universitarios hicieron presencia, luego de que una de sus compañeras fuera brutalmente asesinada, estudiante aventajada a la que se le auguraba un gran futuro.
Tímida manifestación, pero finalmente ya es algo, un principio que sirva como catalizador para impulsar la gran solución que requerimos y erradicar esa delincuencia de una vez por todas.
Quizá muchos tengan las esperanzas puestas en el cambio de gobierno, pero no están viendo que ese nuevo gobierno tendrá que enfrentar un montón de problemas, principalmente de dinero, pues sin ese recurso será imposible poder ejercer acción alguna.
¿De cuánto tiempo requerirá el nuevo gobernador para poder surtir las arcas estatales? Pues siendo de oposición al gobierno federal, lo más seguro es que le pongan cualquier obstáculo posible para que pueda llevar una administración exitosa.
No es solamente el problema de la inseguridad que se debe atacar, enfrentará hospitales vacíos, falta de medicamentos, falta de médicos, el problema magisterial aún está latente, entonces, con un poco de observación, encontraremos que las dificultades no se terminarán con el cambio de gobierno, al contrario.
Además, tendrá que examinar cuidadosamente a todas las dependencias, es decir, que quizá la siguiente administración sea solamente de auditorías, poca obra y poco presupuesto para la seguridad.
A eso, habrá que sumarle las temporadas de lluvias y huracanes que cada año dejan daños cuantiosos en diferentes partes de la entidad, para los cuales la prevención es todavía una quimera.
CULTURA PREVENTIVA
Cada vez que la lluvia llega con toda su fuerza, los ciudadanos de esta región volvemos a padecer los mismos problemas de siempre, con una agravante, cada vez las anegaciones son más profundas y más prolongadas.
Digan lo que digan, la cultura de la prevención aún no ha llegado a los niveles de autoridad, aunque sepan lo que se tiene que hacer para evitar las inundaciones cada vez que llueve, simplemente no se hace, se deja de largo y los apuros son cuando el aguacero está encima.
Esta ciudad ya había superado buena parte de esta problemática, poco a poco se iba avanzando, pero de pronto como que se abandonó la práctica de prevenir, desazolvando, limpiando, invitando y obligando a la gente a que evite tirar basura en las calles; en fin, esas formas de trabajar se dejaron de lado.
Hay partes cuya esencia es ser un humedal, pero se intenta secarlo para que sea zona urbanizada, nunca se logrará pues la naturaleza reclama lo que le pertenece.
Así que en esas zonas el esfuerzo será doble y la participación de los habitantes es crucial para evitar que cada año les suceda lo mismo.
Es ilógico, es como tropezar cada año con la misma piedra, cometer el mismo error muchas veces y no hacer lo necesario para evitarlo.
Ya sabemos cómo llueve en esta zona, que las temporadas de lluvia están cambiando y haciéndose más violentas cada vez, eso se advirtió desde hace mucho tiempo y el gobierno no ha cumplido con su tarea de proteger a la sociedad.
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