La renuncia esperada
Margarito Escudero Luis
El tema del día fue, sin duda, el anuncio hecho por el gobernador Javier Duarte sobre su solicitud de licencia al Congreso local, según él, para hacer frente a las acusaciones de que es objeto.
Llama la atención que haya recurrido a una vitrina de cobertura nacional, a un programa de televisión que se caracterizó en los últimos días por hacerle señalamientos fuertes.
Un asunto que pudo tratarse directamente en la capital del estado, sin tanto aspaviento, sin escándalo mediático, enviando el documento directamente a la directiva de los diputados locales y ya.
Así que resulta especialmente llamativo el hecho de querer llamar la atención de la comunidad nacional ¿sobre qué?
Tal vez sobre la valentía y honestidad de Javier Duarte al atorarle de frente a sus problemas, pero esto debió ser desde hace mucho tiempo, cuando las presiones comenzaron y se especulaba su salida bajo la figura precisamente de la licencia.
Más aún, parecía una entrevista a modo, preparada con tiempo para poder abarcar el tema que le come las manos a Duarte, enfrentar mediáticamente a Miguel Ángel Yunes, el gobernador electo.
Así, el dócil conductor de Televisa, soltó la propuesta para realizar un debate entre Javier Duarte y Yunes Linares el próximo lunes; es decir, se la puso “de a pechito” para que se luciera Duarte, quien de inmediato aceptó para demostrar lo delincuente que es Yunes.
A pesar de que la salida del gobernador de Veracruz era un grito social desde hace mucho tiempo, no dejó de causar sorpresa en la comunidad veracruzana, suspicacias ante la decisión de alguien que acostumbra engañar, que no da brinco sin huarache. Así que la gente sospecha que algo hay detrás de su “valiente” salida.
Y algunos suponen que ya hubo un arreglo en “lo oscurito”, que Javier Duarte sale para dar la cara y enfrentar las acusaciones que le hacen la PGR, la Auditoría Superior de la Federación y el Sistema de Administración Tributaria, por mencionar los organismos oficiales, porque la mayoría de sus deudores no se atrevieron a denunciarlo penalmente.
Algunos ciudadanos suponen que el gobernador electo también tendrá que ir “con la frente en alto” a atender las denuncias hechas ante la PGR por el mismo Duarte, lo que significaría que, de alguna manera, el gobernador electo solicite licencia.
Los panistas niegan este escenario, pues consideran que será un error garrafal que agravaría los problemas en la entidad.
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