¿Cómo tomará su decisión EPN?
Enrique Quintana
En los corrillos políticos han surgido versiones a propósito de que las señales que desde hace meses indican que José Antonio Meade podría ser el candidato presidencial del PRI son en realidad una maniobra distractora que ha hecho el presidente Peña para que quien realmente será el candidato pueda estar sin presión en este momento.
Algunos han recordado incluso la sucesión de Adolfo Ruiz Cortines, que desvió la atención hacia diversos personajes, notoriamente, Gilberto Flores Muñoz “El pollo”, y al final su decisión fue por Adolfo López Mateos.
¿Qué posibilidades hay de que el haber dirigido los reflectores hacia Meade realmente haya sido una cortina de humo? ¿O hasta qué punto el presidente Peña estará “engañando con la verdad”?
Bueno, en realidad eso lo sabe solamente el presidente Peña. Así que, a todos los demás, nos queda exclusivamente la oportunidad de especular, sobre la base de lo que ocurre en el entorno político nacional.
Tal vez el presidente ya tomó su decisión, pero lo dudo.
Quizás simplemente se está divirtiendo al observar la expectación que causa y al enviar señales que confunden. Es posible.
Pero creo más factible que esté todavía valorando las circunstancias pues el candidato del PRI podría enfrentar un entorno diferente si hay un Frente Ciudadano que respalda a un solo candidato o si hay un candidato del PRD-MC y otro del PAN.
Y, las condiciones serán diferentes si Ricardo Anaya se convierte en un candidato del Frente que logra respaldo generalizado, o si llega en medio de machucones… o si llega otro.
Una premisa de la que puede partir el razonamiento del presidente Peña es que los votos priistas no alcanzan para ganar la Presidencia.
De acuerdo con la mayor parte de las encuestas, hay una preferencia neta por el PRI de 20 a 25 puntos porcentuales. Si se suman el PVEM y el Panal, pueden llegar a 3 o 4 puntos más.
De cualquier forma, no alcanza.
El candidato del PRI debe tener capacidad para que, en la dinámica de la campaña, pueda atraer votos que hoy no están con el PRI o sus aliados.
Si en la contienda, el Frente Ciudadano no levanta, una parte de sus votos puede irse a otras fuerzas políticas. Desde AMLO, pasando por Margarita Zavala, hasta el PRI.
El candidato del PRI también debe bajar el nivel de rechazo ciudadano que existe por el tricolor. Esa es condición para diseñar una estrategia que atraiga votos de otras fuerzas.
La decisión del candidato del PRI es una ecuación con muchas incógnitas, que se van a ir despejando en el tiempo.
Pero el tiempo no puede ser indefinido porque legalmente los funcionarios deben renunciar a sus cargos si aspiran a la candidatura y además porque el PRI no dejará pasar la posibilidad de hacer precampaña a partir del 14 de diciembre.
Creo que el presidente Peña seguirá observando la circunstancia política que hay en el país y antes de asistir a París a la nueva Cumbre contra el Cambio Climático, que se va a realizar el 12 de diciembre, tomará su decisión y ésta se hará pública.
Claro que los tiempos pueden adelantarse si las incógnitas se resuelven o si la tensión derivada de la posposición del “destape” crece en demasía.
Regresaremos al análisis.
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