22 de Noviembre de 2024

Revelaciones: Dos años: ¿quién se avienta?

Margarito Escudero Luis

Homologar los procesos electorales de Veracruz, con los federales traería muchos beneficios para todos.

Sólo hablando del aspecto económico, habría un enorme ahorro, se evitaría que hubiera campañas muy seguido y así se evitaría ese dispendio que vemos cada vez que alguien quiere un hueso.

 

Se habla, según cifras dadas por el diputado Domingo Bahena Corbalá, de un ahorro de más de tres mil millones de pesos, recurso que pudiera emplearse en obras que se requieren en la entidad.

Pero, además de eso, la frecuencia con que se realizan elecciones en Veracruz, harta al elector, se fastidia de tanta palabrearía vana ya que no ve reflejado en su beneficio el votar por uno u otro candidato.

Es decir, que la constante propaganda política, que no camba más que en el nombre y rostro del suspirante, aleja al votante de las urnas.

Y es que en este país se legisla en función de los beneficios que puede recibir el partido que gobierna, pues si se hicieran leyes a favor de la democracia verdadera, ya tendríamos en todo el país un código que impidiera a cualquier candidato, llegar a un cargo de elección, con menos de la mitad de votos que marca el padrón electoral.

Pero vota una minoría y, esa se fracciona entre todos los partidos, grandes medianos y pequeños; y luego suman votos de los pequeños con el más poderoso y a eso le llamamos democracia.

En tiempos de Fidel Herrera se propuso aumentar el período de un cabildo a cuatro años, comenzó a funcionar en la actual administración, de esa forma las elecciones en el Estado serían más continuas y, como ya dijimos, entre más elecciones, menos votantes, menos interés y con pocos votos y algo de presión, cualquiera gana con una mínima cantidad de sufragios.

Entonces, sería bueno que tuviéramos un proceso electoral general cada tres años, se cambian legisladores federales y locales, además de las alcaldías, en los siguientes tres años, se suma el cambio de presidente de la república y gobernador del estado.

Pero, para elegir presidente de la república, se requiere que el partidazo cuente con un operador confiable, que le deba al triunfo al que está hasta arriba, así garantiza.

Por ahora la pelota está en la cancha de los diputados locales, la grilla está en su apogeo para sacar adelante este asunto, que como se ha publicado en diversos medios, diferentes sectores de la sociedad han manifestado su aprobación a esta iniciativa.

Pero no se descarta que, una vez más, los políticos hagan caso omiso de la opinión de la ciudadanía que, se supone, los llevó al poder.

OTRA VEZ EL AGUA

Vuelven los problemas con el abastecimiento de agua para la ciudad, la solución planteada tanto por el gobernó del estado, como por la autoridad municipal, aún no está en condiciones de operar, y ya los habitantes de la sierra vuelven a lanzar sus amenazas.

A estas alturas, el agua y la basura son dos temas que van de la mano, pues ya no se puede seguir contaminando impunemente cualquier terreno, donde pudiera habar agua para paliar nuestra situación.

A estas alturas, con el “gran avance” que ha tenido la ciudad, la entidad y el país, ya es para que la ciencia y la tecnología que se han creado por nuestros científicos, estén ofreciendo una solución técnica y no política.

Ni las “fuerzas vivas”, ni los partidos políticos, ni los diputados, ni el gobernador, ni nadie de ese sector, tienen la solución al problema.

La respuesta está en la ciencia y, sin duda, contamos con ciudadanos especializados en estas áreas para aportar las soluciones que se requieren, paso a paso y a tiempo.

Sólo se les debe pagar bien y evitar que el recurso vaya a parar a las cuentas bancarias de quienes no están ayudando en nada.

Así que los “visionarios” dirigentes sociales deberían volver sus ojos a la ciencia y promover los estudios necesarios, sean los que sean, con el respaldo de las instituciones más serias que tenemos en México y en Veracruz para ya evitar seguir siendo rehenes políticos de unos cuantos.

Y que se queden con su agua.