Margarito Escudero Luis
Más de dos años tienen diez familias que resultaron afectadas por la obra del túnel sumergido, cuyas viviendas quedaron inhabilitadas para ser habitadas y a las que se les considera pérdida total.
En esos dos años, las autoridades les han hecho muchas promesas que no se han cumplido, la tensión y desesperación aumentan entre los directamente afectados.
Hay personas que tenían todo su patrimonio en la casa y el terreno que ahora están inservibles, fueron años de lucha, de ahorros y privaciones para poder tener una casa propia, un domicilio particular, y algo para heredar a sus hijos.
El tiempo pasa y la situación de estas familias es más desesperante, algunos miembros de cada familia han enfermado a causa del estrés que la situación les provoca, como la señora Inés Espinoza Vassallo, de 82 años de edad, que ya sufrió un infarto por la tensión que le provoca ver su casa destruida.
Lidia Estela Lucero Castillo, lidera el grupo de familias que recibieron un montón de promesas por parte de funcionarios del gobierno, ahora muestra su tristeza porque tiene que alquilar una casa, cuando hace dos años contaba con una propia.
Son dos años de lucha y desesperación, pero tristemente están igual y pudiera decirse que hasta peor, porque el gobierno del estado ya les había dicho que probablemente las negociaciones empezarían a partir de mayo de este año; sin embargo, en una reunión sostenida con el presidente municipal hace 15 días, este les dijo que el asunto podría durar un año más.
Eso les molesta, las comparaciones odiosas llegan y reprochan que ninguno de los funcionarios que las han atendido, están pasando por una situación como las de ellas.
Y están dispuestas a espera “toda una eternidad” dicen, para recibir la indemnización que les debe la empresa que construye el túnel, que no por ser extranjera, es mejor, ya que no calculó o no le importó el daño que causaría a los vecinos de la obra.
Incluso dispuestas a heredar la lucha a sus hijos, a no dejarse vencer aún después de la muerte.
Queda claro que la gente reacciona en el límite, cuando algo muy propio es dañado, algo que costó esfuerzo, no antes, no después.
Y es que no hay más responsables que las autoridades que confiaron en una empresa que no ha entregado buenos resultados, que colocó en ese barril sin fondo a funcionarios que traicionaron la confianza de todos.
Los vecinos de la Calle Vía Casa Redonda de la colonia Esfuerzo de los Hermanos del Trabajo, están conscientes de la situación que prevalece en la obra del túnel, pero su casa se cae a pedazos y nadie pude decirles cuando se resolverá.
El temor de las vecinas consiste en que, si la obra del túnel no arranca nunca más, no saben en qué posición quedarán.
Otro problema que vislumbran, es que, si a cualquiera de los afectados le pagan la vivienda en un año, ya no le alcanzará para las cuatro paredes, sólo para tres, porque cada día suben los precios de los materiales, ya que cada mes sube la gasolina.
El tiempo pasa y eso pudiera ser beneficioso para los afectados, porque tendrían que pagar el tiempo caído, además de la indemnización, pero no han puesto ninguna demanda porque confían en las autoridades, se han mantenido pasivos, pero todo tiene un límite, no quiere decir que siempre estarán así.
Son diez casas consideradas como pérdida total y aún ignoran si se podrá construir nuevamente en el mismo terreno, pero muchas de las familias afectadas no quieren hacerlo por el temor a que vuelva a ocurrir lo mismo.
Las autoridades les dijeron que les comprarían casas en otra parte de la ciudad, pero nada de eso ha ocurrido.
Lamentable, nadie puede decirles ni asegurarles de una vez por todas, cuándo quedará este asunto resuelto.
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.