28 de Noviembre de 2024

OPINIÓN

Europa entiende que su soberanía energética está en las energías renovables

ENRIQUE DE LA MADRID

La Agencia Internacional de la Energía advirtió a los europeos que deben prepararse para poder operar este invierno sin el gas ruso, que representó 40% de su suministro de este combustible en 2021. Es un gran reto, pero los europeos tienen claro que en el largo plazo su soberanía energética radica en las energías renovables.

Rusia podría dejar de proveer gas a Europa este invierno como respuesta a las sanciones que aplican los países europeos a Rusia por su invasión a Ucrania. Esta situación tiene bastante preocupados a los europeos, especialmente Austria y Finlandia, cuyos suministros de gas en 2021 fueron 100% rusos, más de 70% en el caso de Polonia y cerca de 60% para Alemania.

Los europeos están trabajando en tres medidas para hacer frente a esta situación: sustituir el consumo de gas por energías renovables, sustituir a Rusia por otros proveedores de gas e incrementar su eficiencia energética para reducir su demanda de gas.

En el corto plazo, Europa se ve forzada a sustituir el gas ruso con más quema de carbón, sin embargo, para el largo plazo la Unión Europea acelerará la transición hacia las energías renovables. En mayo de este año anunciaron un plan de 210 mil millones de euros esencialmente para financiar energías renovables para sustituir los energéticos rusos.

Frans Timmermans, Vicepresidente de la Comisión Europea señaló que en vez de seguir enriqueciendo a los empresarios rusos van a crear empleos en suelo europeo.

Los europeos han decidido incrementar su meta de producir 55% de la electricidad con fuentes renovables para 2030 a que ahora sea el 63%, de acuerdo con el Think Tank especializado Ember.

La nueva meta europea es muy ambiciosa, pero es posible alcanzarla. El sábado 2 de abril, España logró generar casi el 100% de su demanda eléctrica interna con energías renovables durante una hora, algo que ya ha logrado también California. Además, hay otros sitios como el distrito comercial central de Sídney y los suburbios del centro de la ciudad o Samsó Island en Dinamarca que producen toda su electricidad con fuentes renovables.

En México, la energía solar y la energía eólica únicamente representan el 12% de nuestra producción eléctrica, por lo que nos queda un largo camino por recorrer.

Uno de los mayores retos para Europa es incrementar su almacenamiento de electricidad, algo en lo que están trabajando con fuerte impulso a la innovación.

En cuanto a la sustitución de Rusia por otros proveedores de gas natural, Rusia pasó de proveer 40% del gas que consumen los europeos en 2021 a 20% en la actualidad.

No obstante, sustituir ese 20% restante para este invierno es una tarea compleja. Algunos de los productores de gas que pueden ayudar a los países dependientes del gas ruso son Estados Unidos, Argelia, Qatar, Azerbaiyán, Noruega y Turkmenistán.

Finalmente, los europeos trabajan en incrementar su eficiencia energética, es decir, producir más bienes y servicios con una menor demanda energética.

El principal esfuerzo lo realizan en la renovación de edificios y viviendas para incrementar su ahorro de energía en temas como iluminación, calentamiento de agua o regulación artificial de la temperatura.

Si Europa alcanza un ahorro energético de 19%, estaría dejando de consumir aproximadamente la mitad del petróleo que consumen todos los autos y camiones de Estados Unidos cada año.

Todo esto implica dos cosas para México. Primero, que nosotros también debemos acelerar la transición hacia las energías renovables porque el quedarnos atrás implica que en un futuro nos van a excluir de tratados comerciales, las empresas no querrán invertir en México y nos comprarán menos mercancías. México es de los países con mayor potencial de energías renovables y es imperdonable que estemos frenando su desarrollo.

Segundo, que el gas ahora nos va a salir más caro a los mexicanos. Estados Unidos se ha comprometido a enviar más gas a Europa, para ello primero tiene que licuarlo, es decir, convertirlo en líquido y cuando llega a Europa este se tiene que volver a convertir en gas.

Este proceso aumentará el precio del gas en Europa, pero también habrá menos gas disponible en Estados Unidos para venderlo a México, lo que significa que tendremos que pagarlo más caro. Por cierto, México tiene la sexta reserva de gas no convencional más grande del mundo, pero la desaprovechamos al dejarla en el subsuelo.

Al invadir Ucrania Vladímir Putin, Presidente de Rusia, logró en poco tiempo lo que por años se había intentado sin éxito: que se alinearan las voluntades de los líderes europeos para dejar de depender de los combustibles fósiles rusos y acelerar la transición hacia las energías renovables.

Europa podría pasar un crudo invierno si no encuentra suficientes sustitutos al gas ruso, pero en el largo plazo Europa tiene claro que va a apostar por su soberanía energética tal como debe hacerse en el siglo XXI: invirtiendo en las energías renovables, la eficiencia y el almacenamiento energético.