Mucho se habla de cómo China está ganando aliados y mercado en América Latina, pero los intereses de inversión de Beijing no están sólo ahí o en Estados Unidos: hace ya varios años comenzó a dirigir sus capitales hacia África, desplazando a muchos inversionistas de la Unión Europea. En otras palabras, les está comiendo el mandado.
La presencia e influencia política de Europa en África era fundamental, pero la llegada de los capitales chinos, con muchas menos condiciones para invertir, está tomando un protagonismo político en los asuntos internos africanos, en la rápida toma de decisiones y la finalización oportuna de proyectos de infraestructura.
De acuerdo, con la Fundación Friedrich Naumann, la Unión Europea tiene una alta calificación en los intercambios de poder blando, los altos estándares y la conciencia del cambio climático son parte de sus requisitos para sumarse a algún proyecto económico en el mundo, incluida África.
Pero China emerge como la opción favorita en la no injerencia en los asuntos internos de los estados nacionales africanos (aunque en el mediano y largo plazo no sea así); en la rápida toma de decisiones y la finalización oportuna de los proyectos de infraestructura.
No cabe duda que la llegada de capitales chinos a África en los últimos tres lustros ha logrado grandes avances en la cooperación integral, multinivel y de amplio alcance.
En el plano geopolítico, los compromisos África-Europa y África-China están atrayendo cada vez más la atención debido a su clara demostración de un choque de sistemas.
La creencia de la Unión Europea en la superioridad de sus valores, especialmente el modelo democrático liberal que se exporta a África, está claramente amenazado por el modelo económico chino que tiene una alta calificación en la toma de decisiones rápidas, eficiente de proyectos y la no interferencia en los asuntos internos de los estados-nación africanos, o al menos eso se cree.
Muchos responsables de los gobiernos africanos ven sus relaciones con Europa como receptores de ayuda, en lugar de socios iguales sobre el terreno, según la Fundación Friedrich Naumann. Esa puede ser quizá la mayor desventaja para el viejo continente y la mayor ventaja para los intereses de China.
Por ejemplo, el gobierno de Uganda anunció una reciente exploración en la que se habría descubierto un yacimiento de 31 millones de toneladas de oro en Karamoja, que ha sido posible, tras dos años de exploraciones de Wagagai, empresa minera china con una inversión de 200 millones de dólares.
También, los acreedores de Zambia, encabezados por China, le darán al país africano con problemas de liquidez suficiente alivio de la deuda para desbloquear un préstamo del FMI de 1,300 millones de dólares, que necesita desesperadamente para volver a tener ganancias.
Es la primera vez que Beijing se coordina con otros gobiernos para reestructurar la deuda de un país de bajos ingresos, en lugar de cobrar por sí solo. China avanza en su proyecto de consolidación e influencia económica por todo el mundo. Mientras, Estados Unidos y Europa se desgarran las vestiduras contra Rusia por Ucrania.
POR ISRAEL LÓPEZ
