24 de Noviembre de 2024

DESDE AFUERA / Trump, republicanos y demografía / JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

Columnas Heraldo

 

 

Más allá de las afirmaciones de Donald Trump y lo que más y más parece una conspiración para el primer golpe de Estado en la historia de Estados Unidos, la actual crisis política estadounidense parece resultado del temor a los cambios sociales y demográficos.

La composición actual del Partido Republicano y de algunos de los grupos "patriotas" que han surgido los últimos años, indican una militancia abrumadoramente blanca, rural o semirural, de clase media a pobre y una escolaridad limitada.

Y en alguna medida, esa filiación se siente representada por un Trump, que se presenta como enemigo de un sistema político y un aparato burocrático que esos votantes, en particular, creen que funcionan en su contra.

El sentimiento no es nuevo. Ahí están los reportes sobre las preocupaciones de la clase media blanca por el evidente crecimiento de minorías étnicas y los anuncios de que en unos cuantos años pasará de ser la absoluta mayoría de población a la mayor minoría estadounidense.

Y quizá para confirmarlo, un reporte de The New York Times consignó la forma en que sectores de la población han sido el motor de las ideas que alimentan las teorías de la conspiración y empujan a sus representantes a apoyar las demandas de Trump y su falsa narrativa de que fue víctima de un fraude electoral.

Porque eso es lo que ellos desean creer. "Debido a que son más vulnerables, los votantes blancos desfavorecidos o menos educados pueden sentirse amenazados por la tendencia hacia una mayoría minoritaria, dijo Ashley Jardina, politóloga de la Universidad George Mason que estudia las actitudes de esos votantes", consignó el diario.

"Muchos estadounidenses blancos realmente amenazados están dispuestos a rechazar las normas democráticas", dijo Jardina, "porque lo ven como una forma de proteger su estatus".

Eso puede ayudar a explicar por qué la disputa sobre la derrota de Trump ha surgido en este momento de la historia, con una creciente desigualdad económica y por supuesto, el anuncio de que la población blanca de Estados Unidos perderá su situación mayoritaria antes de 2050.

Es el grupo que siente haber perdido con los cambios de la economía, los que enviaron fuera del país los míticos empleos en las industrias manufactureras y se abrió a la competencia comercial. Y de paso, que el crecimiento de minorías es una amenaza a su cultura y estilo de vida, mientras que los migrantes son parte de una conspiración para reemplazar a la población estadounidense.

En alguna medida, el Partido Republicano, largamente considerado el partido de la élite social y económica, es ahora el de los abandonados, los que se quedaron atrás. O por lo menos los aprovecha.

El actual empuje republicano bien puede ser su canto del cisne. En estados como Texas los blancos anglosajones son ahora la minoría demográfica, pero todavía la mayoría de los votantes.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS