28 de Noviembre de 2024

DESDE AFUERA / Trump y los republicanos en guerra / JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

Columnas Heraldo

 

 

Washington. - Donald Trump está donde normalmente le gusta: en el centro de atención política. Pero tal vez se encuentre incómodo.

Hace una semana, Trump era el factor dominante entre los republicanos, hoy parece ser un elemento tóxico y es considerado como responsable al menos en parte de un decepcionante resultado electoral, por haber protegido a candidatos extremistas o hacer pronunciamientos que provocaron un rechazo.

Y ese comportamiento ha sido aprovechado. La prensa política estadounidense hizo notar que los republicanos están muy conscientes de que las elecciones del 8 de noviembre fueron el tercer ciclo político consecutivo en el que los demócratas lucharon contra el controversial expresidente.

Trump fue el verdadero blanco de los ataques demócratas contra el extremismo del Partido Republicano, y el exmandatario respondió, dada su tendencia a querer convertirse en el centro de todo.

Los republicanos lo saben. Y aunque Trump aún "está ahí", parecen haber encontrado un personaje de similar pensamiento, pero más joven y con menos bagaje personal, el gobernador de Florida Ron DeSantis.

La situación fue precipitada por la brutal derrota sufrida en las elecciones de medio término. Quizá no en los números, pero perdieron la Cámara alta y en el mejor de los casos, lograron una raquítica mayoría en la baja, cuando una prometida "marea" republicana nunca ocurrió.

Y eso se atribuye, en parte, a la forma en que Trump se insertó en la elección, con sus insistentes reclamos sobre el supuesto fraude en los comicios de 2020 y sus ataques no sólo contra los demócratas sino contra republicanos en desacuerdo con él.

Durante siete años, en la Presidencia y fuera de ella, antes y después de que sus partidarios invadieran el Capitolio en enero de 2021, Trump ha sido como un remolino para la base del partido y, a través de ella, la política del país, sin importar los esfuerzos para escapar a su fuerza de atracción.

Ahora, después de una serie de derrotas de los candidatos que Trump apoyó en las elecciones legislativas, hay señales de un esfuerzo republicano para alejarse del expresidente antes de su anuncio, programado para el martes, de otra candidatura a la Casa Blanca.

Por su parte, el magnate trataba este fin de semana de retener su poder en el partido, en una pugna política que puede terminar con sus ambiciones de postularse de nuevo a la Presidencia de Estados Unidos.

Pero el hecho es que muchos dentro del partido creen que se ha convertido en un lastre político.

"Como partido nos encontramos navegando consistentemente entre una lucha de poder entre facciones proTrump y antiTrump", indicó Paul Cordes, jefe de gabinete del Partido Republicano de Michigan, que atribuyó al conflicto un efecto negativo para los candidatos republicanos.

Algunos creen que habrá una "guerra civil" republicana y que será prolongada. Después de todo, cualquiera que sea el momento, Trump no es conocido por rehuir peleas.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS