Margarito Escudero Luis
Nadie puede decirse sorprendido, ningún líder sindical puede asegurar que no sabía lo que venía con las reformas en el sector energético y educativo del país, puesto que hubo voces a tiempo que advirtieron sobre los perjuicios que ocasionarían a los trabajadores de cada sector.
Los pasivos de Pemex los endosaron criminalmente a la deuda pública, mientras que aquellos que genera riqueza lo privatizan, lo ofrecen en bandeja de plata a empresarios extranjeros.
Aún antes de que opere legalmente cada una de las leyes secundarias de las reformas, ya comienzan a sentirse los efectos entre la clase trabajadora, y eso es sólo el principio, así que podemos imaginar lo que viene, cuando la cloaca de la corrupción quede totalmente abierta.
Es decir, que ante esa posibilidad, los dirigente sindicales pondrán sus barbas a remojar y a reclamar las afectaciones que hasta ahora ven, pero antes aclamaron al presidente que impulsaba las multicitadas reformas.
Para nadie podrá resultar raro que el pasivo que arrastra Pemex tenga que ver con el insultante enriquecimiento de los dirigentes sindicales en contubernio con los directivos de la todavía paraestatal y, eso debería quedar aclarado ante las leyes mexicanas y no hacer de lado la responsabilidad de los supuestos sindicalistas.
Lo mismo debería suceder en la Comisión Federal de electricidad, cuyo dirigente Sindical ya anotó que la CFE dejará de recibir millonarios ingresos, en cuanto operen las leyes de reforma.
Tal vez sea la gran oportunidad de conocer hasta dónde llega las acciones corruptas de funcionarios, empleados y dirigentes de estas empresas que han pertenecido al estado desde que fueron expropiadas y que ahora, deberán competir en el mercado, pero antes deberán ser saneadas en todas sus estructuras.
Pero ya se han podido observar movimiento para evitar que dirigente sindicales sean llamados a cuentas.
PRIVATIZACIÓN
A pesar de que los políticos mexicanos insisten en que no existe una privatización de Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, lo cierto es que en el extranjero este tema se maneja como la Reprivatización como lo maneja el senador Miguel Barbosa Huerta, coordinador del Grupo Parlamentario del PRD.
El senador afirma que las compañías petroleras transnacionales serán dueñas del petróleo, a través de varias modalidades de contratos y de licencias.
Y esos mecanismos provocará que el desempleo aumente, porque Pemex y CFE serán desplazadas por empresas extranjeras, como sucedía a principios del siglo XX.
Esta parte de la Historia se hace de lado en aras de entregar la empresa más rentable de México, a las mismas empresas que mantenían a los trabajadores mexicanos en condiciones miserables, causa por la que se dieron los movimiento necesarios hasta culminar con el decreto de Expropiación en 1938.
Ya está sucediendo que campesinos e indígenas son despojados de sus tierras para entregárselas a las grandes firmas internacionales, que se verán beneficiadas gracias a la complicidad con algunos funcionarios, políticos y hasta líderes sindicales, que promovieron estos cambios.
NECESARIO RENOVAR
Es verdad que las empresas del sector energético requieren de una renovación, de la inyección de recursos frescos, de una renovación de su infraestructura y de la revisión de la situación laboral en cada una de ellas.
Pero de ahí a que se abriera la puerta a las empresas trasnacionales, no hay ninguna relación, ya que esos cambios pudieron hacerse internamente, ventilando los hechos y llevando ante la ley a quienes y cuantos fueran requeridos, pero como todos los políticos actuales están cortados con la misma tijera, jamás permitirán que alguien de su pandilla resulte dañado, antes prefieren sumir en la pobreza a miles de compatriotas, antes de poner en riesgo sus privilegios.
Sin embargo, antes de que lleguen los nuevos dueños, las paraestatales deberán quedar limpias, las deudas que tengan serán pagados por todos les mexicanos, con excepción de los políticos.
Si los nuevos dueños consideran que la empresa tiene personal en demasía, pues el gobierno mexicano, con la mano en la cintura, mandará a la calle a los que “sobren”, aunque se desgañiten gritando que eso no sucederá.
Es una situación que ya está presente, pero los trabajadores que resultarían afectados en sus condiciones laborales, parece que no les importe su futuro, ni el de sus hijos.
Pero eso sí, son capaces de cobrarle a una humilde señora más de cien mil pesos, según porque les roba luz. ¡Qué poca..!
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