Una de las particularidades de la manera en la cual se ha desarrollado China tiene que ver con la visión que se tiene, desde el estado, de la categorización de sus habitantes dependiendo de su ubicación geográfica. En 1958 el gobierno optó por crear el hukou, un sistema de registro poblacional que la vinculaba directamente con el medio que habitaba, ya fuera rural o urbano. Era una cuestión muy relevante, el que las distintas poblaciones de todas las regiones del país tuvieran vocaciones y que mediante la intervención organizada del estado se dedicaran a las actividades que les concernieran. En ese momento de la historia, alrededor del ochenta y cinco por ciento de la población era rural, y lo que se pretendía era que dicha mayoría se dedicara a la producción de alimentos para contribuir al futuro desarrollo de la nación.
Esta logística poblacional operó por muchos años sin cambios; sin embargo, a raíz del crecimiento de las ciudades y de la modernización del campo, las poblaciones rurales se vieron cada vez más tentadas a emigrar. No obstante, a pesar de laborar en un ámbito urbano, mantenían su categoría de hukou rural, motivo por el cual no podían acceder a los mismos apoyos sociales que brinda el estado a un hukou urbano. Este hecho es un asunto de toral importancia, sobre todo considerando el respaldo que las poblaciones urbanas reciben en materia de salud, educación y vivienda. Sin el hukou apropiado, las poblaciones rurales se ven obligadas a pagar sus propios servicios sociales, y en la mayoría de los casos, no pueden adquirir propiedades en el contexto urbano.
Según datos del portal statista.com existen actualmente en China alrededor de 295 millones de personas migrantes rurales viviendo en entornos urbanos. Las perspectivas económicas actuales, no tan alentadoras para el gigante asiático, han incentivado la relajación del esquema hukou como una medida importante para estimular la recuperación en materia de empleos, la productividad, así como el consumo; esto principalmente en ciudades pequeñas para estándares chinos, de tres a cinco millones de habitantes.
Un ejemplo que ha llamado la atención, es el de la ciudad de Shanghái. Ya que su propuesta va en el sentido de garantizar hukou urbano a migrantes que se hayan graduado de la lista de las 50 mejores universidades del mundo. A su vez, existe otra categoría dirigida a los graduados de las mejores 100 universidades del mundo, y que incluye el pago de su propia seguridad social por seis meses, siempre y cuando cuenten con un empleo de tiempo completo (ver www.globaltimes.cn). Está por verse si la reclasificación poblacional sugerido por el estado chino realmente contribuye a salvaguardar su dinámica económica en un entorno global volátil e inestable.
POR ARTURO FLORES LÓPEZ