Hablar de libros en nuestro país es hablar de una tradición de editoriales extranjeras y nacionales, con las que ha trascendido una buena relación con los escritores mexicanos.
Veamos algunos datos de la historia de los libros en nuestro país. Primero recordemos el primer libro impreso en México, apareció en 1539 con fray Juan de Zumárraga, obispo electo de México Tenochtitlán, con la primera imprenta y con su libro conocido como el Manual de adultos.
Después, en 1788, se fundó la primera biblioteca de la Catedral de México, fue pública, claro sin olvidar el antecedente de la llamada biblioteca palafoxiana, fue fundada en 1646 con la donación de 5000 libros de parte del obispo Juan de Palafox y Mendoza. Luego vino la librería más antigua de México, ubicada en Tepic, Nayarit, dando servicio desde hace 200 años a cualquier persona interesada.
La mayoría de las primeras impresiones en nuestro país fueron de carácter religioso: novenas, vidas de santos, privilegios e indulgencias; eran elaborados en papel de gran calidad, tenían marca de agua y la letra era gótica o semi gótica.
Siglos después de la evolución de la propia imprenta vinieron, en una fecha histórica, el 12 de febrero de 1959, los llamados Libros de Texto Gratuitos creados por decreto del Presidente Adolfo López Mateos junto con la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, dedicados a fijar con metodología los programas respectivos y las bases para la educación primaria.
Siempre han sido criticados e incluso minimizados por grupos que quieren o que les gustaría que la mayoría de los mexicanos siguieran siendo analfabetas, que no tuvieran opinión, que no supieran debatir las ideas, que no investigaran, que no dudaran, que se sometieran, en pocas palabras, a lo que muy pocos dicten o digan.
Así es como ha sido la lucha ideológica y filosófica en nuestro país, la cual cada día es más fuerte, y, día a día, los niños, los jóvenes y los ancianos tienen más oportunidades de progresar y, sobre todo, de opinar y de vivir en paz; esto se logra con educación y con libros de texto que contengan y que se adecuen a los tiempos que vive el mundo y que vive el país, para poder diferenciar lo que es correcto y lo que es mejor para la mayoría no solo para las minorías.
Por eso hoy, la nueva gama de libros de texto gratuito vuelve a causar polémica. Lo curioso es que la mayoría de los que critican son los que no usan los libros de texto gratuito, son los que usan libros comprados, libros que se ven en las escuelas particulares o de pago; en cambio, el pueblo de México agradece que el Gobierno de la República y los gobiernos de los estados sigan apoyando con la entrega gratuita de estos libros y más se valora que lo que ahí está escrito es por investigadores y académicos mexicanos, sabedores del pensamiento del pueblo de México y conocedores de las diversas materias y especialidades que ahí se mencionan.
Twitter político: @jcmachinena
La evolución y los cambios nunca han gustado al conservadurismo (de ahí el nombre de conservadores porque quieren que nada se mueva, que se “conserve” porque ven en riesgo sus intereses y ganancias ); en cambio, el liberalismo es todo lo contrario, siempre busca la evolución y el cambio para beneficio de la mayoría del pueblo, sin sólo pensar en negocios.
Sabemos que el presidente AMLO está en ese camino, el de apoyar y beneficiar a los que menos tienen, ¡ya era justo y necesario!
DESDE SAN LUIS DE LA PATRIA