23 de Noviembre de 2024

COLUMNA INVITADA / Limones de sangre / Onel Ortiz Fragoso

columnas heraldo

 

El 29 de junio, Hipólito Mora fue asesinado en una comunidad de la Ruana. Hasta el momento, la única certeza de la investigación son las cuatro cruces en la orilla de la calle de terracería donde las balas de rifles Barrett y granadas, vencieron el blindaje de la camioneta donde Hipólito Mora y sus escoltas viajaba.

Dos meses después de la ejecución del líder histórico de las autodefensas, el precio del limón aumentó en los mercados que se surten de las huertas michoacanas. Una de las causas: El crimen organizado tomó el control de las zonas limoneras. Las bandas criminales establecen las horas y los días que pueden cortarse limones, las cuotas por kilo y los precios; las horas de entradas y de salidas de las huertas.

Cosechas enteras se han podrido en los árboles, porque simplemente los delincuentes no los dejan cosechar. Quienes no cumplan con las órdenes del crimen organizado, se atienen a las consecuencias. Los cítricos michoacanos son considerados unos de los mejores del mundo, pero se convirtieron en los limones de sangre. Sangre, dolor y sufrimiento de gente buena y trabajadora, que las autoridades de éste y anteriores gobiernos dejaron en el abandono.

El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla declaró que la investigación del asesinato de Hipólito avanza; les ha pedido a los productores de limón denunciar, que de no hacerlo se convertirían en cómplices. Ya denunciaron. ¿Y ahora? El Fiscal General de Michoacán, herencia del Gobierno de Silvano Aureoles, Adrián López, está rebasado.

La Guardia Nacional y los efectivos militares, patrullan, pero no se meten; observan, pero no actúan, como no actuaron, en la balacera en que mataron a Hipólito Mora, que duró más de media hora, en la que se dispararon más de mil proyectiles e intervinieron por lo menos 25 sicarios; a pesar de que su cuartel está a diez minutos del lugar de los hechos.

¿Cómo enfrentar este problema? La solución no sólo está en el enfrentamiento armado con los delincuentes, menos hacerse de la vista gorda. Las autoridades deben cumplir con su deber.

El gobernador Ramírez Bedolla debería trasladar la sede de su gobierno a la Ruana, hasta superar la crisis. El gobierno federal debe desplegar inteligencia para desmantelar la estructura financiera de las bandas del crimen organizado.

Me niego a consumir limones de sangre, como ocurrió con los “diamantes de sangre” en varios países de África, cuya venta sirvió para financiar guerras; que sólo se acabó cuando se atacó el consumo.

Debemos tomar conciencia de la situación que viven algunas zonas de Michoacán. Los mercados, supermercados y cadenas comerciales, sólo deben vender limones y agrego, aguacates, libres de la peste del crimen organizado.

Malditos sean los delincuentes que extorsionan, desaparecen, secuestran y asesinan a la gente buena de la Ruana y de otras zonas de Michoacán.

Eso pienso yo, ¿usted qué opina?