El presidente López Obrador salió en viaje de trabajo a Colombia y Chile. Atendió una Cumbre latinoamericana y caribeña sobre drogas, convocada por Gustavo Petro, en la que participaron 19 países. Sólo México y Colombia a nivel de presidentes.
Por quinta ocasión se ausentó de la Cumbre del G-20, celebrada en la misma fecha en Nueva Delhi, foro que agrupa a las principales economías del mundo.
De Colombia viajó a Santiago de Chile para conmemorar el 50 aniversario del golpe contra Salvador Allende, hito importante. En Santiago se reunieron varios presidentes latinoamericanos. López Obrador pudo haber asistido al G-20, estar en Santiago y pedir a Colombia realizar la Cumbre sobre drogas en otra fecha.
La prensa internacional cubrió ampliamente la reunión del G-20 no así la de Colombia, aunque algunos medios destacaron el llamado de López Obrador y Petro a un cambio de paradigma en el combate a las drogas al señalar, con razón, que la guerra contra las drogas ha sido un fracaso, la demanda no ha disminuido y los países latinoamericanos han puesto más de un millón de muertos.
El reiterar que la política antidrogas es un problema de salud pública y pedir concentrarse en reducir la demanda, no es novedoso, como tampoco lo es señalar que el tráfico ilícito de armas tiene una correlación directa con el de drogas y la violencia. El objetivo de la Cumbre fue buscar una posición latinoamericana y caribeña a presentarse en la Cumbre sobre Drogas de 2025.
Sorprendentemente, al G-20 no asistió en representación de México el secretario de Hacienda, a quien compete la mayoría de los temas abordados, ni la canciller Alicia Bárcena, sino la secretaria de Economía, criticada en la prensa mexicana por su vestuario.
Una lectura de la prensa internacional y de los comunicados emitidos durante el G-20, no arroja menciones de la participación de México, pero destaca la centralidad de Brasil en la negociación del comunicado conjunto, en particular en lo relativo a la guerra en Ucrania.
Los resultados destacados del G-20 en Nueva Delhi se concentraron en los temas de transición energética, lucha contra el cambio climático, Agenda 2030 y la reforma y recapitalización de los bancos multilaterales de desarrollo, el Banco Mundial y el FMI.
Se lanzó una Alianza Global sobre biocombustibles, impulsada, entre otros, por Argentina y Brasil y un corredor “verde” entre India y Medio Oriente, con el apoyo financiero de EU y la Unión Europea.
La asistencia del presidente López Obrador al G-20 le hubiera permitido no sólo tratar a varios de sus colegas, sino adentrarse en los temas de la agenda internacional relevantes para el país.
Se destacaron las ausencias en el G-20 de Xi-Jinping y Putin, pero nadie mencionó la falta del Presidente mexicano. Brasil será el próximo año el anfitrión del G-20. México borrado.
POR MARTHA BÁRCENA COQUI
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.